Llegando al final del camino

216 10 0
                                    

Llega el doctor y este se asusta por mi estado, pues estoy sudando, gritando del dolor y pálida.

Pide algunas cosas a Margaret y ella corre a buscarlas.

-Mi princesa, esta en trabajo de parto.

-Qué!?- grito jadeando pues siento que hasta el aire se me va con las contracciones.

-El bebé se adelanto, debemos sacarlo ya!

Con todo listo me indica que empiece a pujar y así lo hago aunque después de tanto dolor no tengo tantas fuerzas como al inicio, pujo aunque siento como si mi cuerpo se desgarrara, grito sin parar, las gotas de sudor bajan por mi rostro al igual que mis lágrimas.

-No puedo- digo con mi poco aliento.

-Usted puede mi majestad, falta poco, casi veo la cabeza.

Me sujeto de las sábanas y mordiendo una almohada pues mis gritos se escucha hasta por fuera del castillo, pujo con todas mis fuerzas repetidas veces.

-Falta poco, un poco más- me dice Margaret.

Tomo mis últimas fuerzas y lo hago, me doy por rendida cuando siento que algo sale de mi y empieza a llorar.

Veo todo borroso y Margaret feliz me felicita.

Estoy casi inconsciente pero siento como Margaret limpia mi rostro y me acomoda para que pueda descansar.

-El bebé- le digo antes de cerrar mis ojos por el cansancio.

El doctor me lo pasa ya limpio en su manta y lo pone en mis brazos, veo unos ojos azules penetrantes y me quedo dormida.

Despierto poco después por el llanto de mi bebé, con algo de más fuerzas lo amamanto y con ayuda de Margaret le colocamos la ropa.

Apenas y puedo moverme ya que perdí un poco de sangre en el proceso y debo descansar para recuperarme.

A pesar que mi pequeño nació antes de hora, no fue por mucho y se encuentra muy bien, no hubo ninguna complicación para él y eso me es más que suficiente.

Le pregunto a Margaret si Louis esta aquí y me dice que si, así que pido que lo llame.

Se demora un poco pero luego abre la puerta.

-Y bien? Más te vale que se parezca a mi.

-Míralo con tus propios ojos.

Se acerca seguro que no será así pero cuando ve al pequeño se queda estático sin decir nada, solo lo mira, mira cada detalle de él, y se da cuenta que es su retrato viviente, tiene sus rizos castaños, sus labios, su nariz y sus ojos azules, es tal cual como él.

Poco después mi hijo se queda dormido y lo acerco a mi cuerpo.

-Se llamará Ethan- dice Louis saliendo de la habitación.

Me gusta, pienso, y vuelvo a quedarme dormida.

Aunque nadie lo creería Louis es más cercano con este bebé, no tanto como un padre normal, pero al parecer el parecido que tienen ellos dos lo ha cautivado.

Lilith por otra parte esta muerta de celos por Ethan y eso ha complicado las cosas sin duda, pero después de unas semanas logro que ella lo vea como su hermano pequeño que necesita de su protección.

Al igual que con Lilith los reporteros buscan desesperados tener fotografías de mi hijo y es esta vez Louis quien sale en sus brazos con nuestro hijo y con su mano sujeta a Lilith que camina con él.

Yo me quedo en la puerta de casa admirando la escena, creo que es la mejor imagen que mis ojos pueden captar y la guardo en mi memoria.

5 años pasan.

Mi pequeña Lilith ya es toda una niña grande que cada día se vuelve más preciosa y todos están atrás de ella, hasta ya hay propuestas de unir familias, que yo evidentemente rechazo.

Mi pequeño Ethan ha comenzado a ir a la escuela, cada vez esta más grande y se parece cada día más a su padre, pero para suerte de todos no en personalidad ni actitud, así que respiro en paz.

En otros acontecimientos, en mi país, el príncipe Damon acaba de cumplir la mayoría de edad, pero el debate es grande ya que él en varias ocasiones y repetidamente a dicho que no esta interesado en el trono ni en gobernar.

Aunque va años preparándose para esto, él no lo quiere y lo respeto ppr eso. La gente entiende la situación que a pasado y no quieren obligar a un chico, pues eso nos traería más desventajas que benéficos, la suerte de ser hombre y poder decidir.

Mi padre podrá no haber sido un buen padre pero como rey estos años lo ha hecho muy bien y la gente lo aprecia mucho hasta el punto de querer que él se quede en el trono.

Poco después de aceptar el rechazo al trono del príncipe legítimo, por elección de los ministros mi padre es proclamado rey permanente de mi país, lo que quiere decir que oficialmente mi familia es el nuevo linaje real.

A Caroline esta noticia le ha caído como balde de agua fría pues cuando mi padre muera ella será la reina.

Sabíamos de la posibilidad pero siempre creímos que Damon reclamaria el trono cuando cumpliera los 18 años, pero las cosas han dado una vuelta drástica a como empezamos.

Celebramos toda la familia reunida, este es un suceso que no todos los días pasa, peor aún en una monarquía, pero aquí estamos.

Se que Caroline lo hará bien pero debe prepararse antes que nuestro padre se vaya y sea el turno de ella, al igual que su hijo, que nunca fue criado con la intención de ser un futuro rey.

Es increíble como los años pasan con rapidez. Nuestros hijos están más grandes cada día.

Mis sobrinos por parte de Caroline, el primero ya es todo un adolescente de 14 años que ya está en el colegio y Elena esta cerca de entrar.

Loreine ya tiene dos hijos, el primero ya tiene 6 años y el segundo 4 años, y esta esperando su tercer hijo.

Al otro lado, donde yo vivo, la princesa Rose tiene la misma edad que mi hija, 9 años, ya que solo se llevan meses de diferencia, y estas siguen siendo grandes amigas, como desde el inicio.

El rey Augusto lleva 26 años gobernando, tiene 47 años, y Magda 42 años.

La hermana pequeña de Louis, Elizabeth, ya no es tan pequeña, acaba de cumplir 22 años y lleva dos años comprometida con un conde, pronto se casarán, me alegro que ella haya tenido una vida más desapercibida y privada todos estos años.

El paso de los años también se reflejan en nosotros. Ahora tengo 32 años y Louis 38 años, y llevamos 12 años casados.

En estos años las cosas con Louis han mejorado, parece que al fin esta dejando la bebida aunque le cuesta mucho y a veces tiene recaídas.

Nunca volvimos a saber nada de Clarisa, ni si quiera algún rumor lejano, cumplió con su promesa.

Lo que respecta a nuestra relación nos limitamos a tratar de ser buenos padres y eso conlleva a no odiarnos tanto, creo que al final dejamos las niñerías a un lado, y nos concentramos en lo que realmente importa, aunque sigue con algunas mujeres, pero ya no las trae a casa desde una vez que casi sus hijos lo descubren, hay algunas cosas que no cambian del todo.

El sufrimiento de las reinas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora