No nacerá ahí

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Un mes después y las cosas no se han calmado mucho que digamos, Los reyes están más que felices con su heredero, yo también lo estoy pero a veces esa felicidad se nubla por mi dolor.

Como es normal mi vientre a crecido más y aunque las síntomas ya no están, ahora es normal el dolor de espalda y las patadas, aunque es mágico sentir esos movimientos dentro de mi.

Estamos desayunando en silencio mientras leemos el periódico. Los medios me hacen ver como la pobre Evangeline, donde todo sale mal en mi vida, y odio que piensen eso de mi, y a Louis como el hermano al que ninguno de sus planes por ser el protagonista sale bien.

Lo regreso a ver y esta rojo de la rabia.

-Te burlas de mi cómo los demás?- me grita furioso.

-No, tampoco me gusta lo que dicen de nosotros.

-De qué te quejas tú?, si siempre eres la dulce princesita que es la víctima de todos- dice con falsa tristeza.

-No quiero ser la víctima de nadie.

Voy a la biblioteca para buscar un nuevo libro por leer y Louis entra, veo que busca en libro por todos lados pero no lo encuentra.

-Buscas algo?

Me dice el nombre de un libro el cual me sorprende que él quiera leer pero lo ayudo a buscar pues se donde esta.

Me estiro para alcanzarlo en la repisa y no me doy cuenta que al hacer este movimiento mi vestido de pijama se sube casi por debajo de mi trasero ya que al ocupar más espacio mi vientre todo me queda más corto.

Lo más rápido que puedo tomo el libro pues tengo que estirarme mucho para alcanzarlo.

Pasa sus manos por mi espalda y de golpe me apega a su cuerpo, mis ojos se abren como platos y me quedo estática.

Acerca su rostro al mío -Intentas hacer algo?- me dice en un susurro y siento su aliento en mi rostro.

Muevo mi cabeza diciendo que no y él sube sus manos por toda mi espalda y roza los costados de mis pechos y retengo un suspiro porque mis hormonas no ayudan en este momento.

Sube más sus manos con delicadeza hasta mi cuello e intenta besarme pero él mismo se aleja.

-No te has visto?- rie -Lo gorda que estás?- sigue riendo.

Lo veo con odio y quiero hacerlo a un lado pero no puedo.

-Asi como estas- me mira de pies a cabeza -Creeme que ni a un ciego le gustarias.

Se aleja y me quita el libro de mis manos -Gracias, es el libro favorito de Clarisa- me sonríe con su sonrisa de maldad y se va.

Esta decidido hoy mismo me voy de aquí.

Empaco lo último que me faltaba mientras Margaret me ayuda pero me dice que lo piense bien.

-Solo serán unos meses Margaret, necesito irme de aquí.

-Pero pronto dará a luz, no es bueno que en este momento viaje.

-Es un viaje corto, tendré cuidado- digo acariciando mi vientre y esta acepta aunque triste.

Sin contarle a mi hermana llegó a su casa y le avisan que estoy ahí. Sin creerlo baja las escaleras y me ve.

-Espero no molestarte.

-Como crees! Me alegro que hallas venido antes.

Entro a la habitación y en la pequeña cuna esta Elena y en la cama Nicolas, la cargo con cuidado pues me es difícil con ni vientre.

El sufrimiento de las reinas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora