El Niño Y El Príncipe

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Espero que les guste~

Nota: No era exactamente lo que quería hacer al principio pero bueno, al menos, lo pude terminar xD

Nezha era un príncipe, era un guerrero, un luchador, un protector, un guardián. Era todo aquello y sin querer sonar creído, se consideraba muy bueno en lo que hacía, sintiéndose casi invencible en ciertos momentos...pero a pesar todo aquello...no era un niñero, nunca había cuidado a un niño de ningún tipo, aunque eso no lo detuvo de aceptar cuidar al pequeño niño humano que había conquistado su corazón con solo sonreír, el hijo de Macaque.

-Bien, solo debes hacer que se bañe y que haga la tarea para mañana la escuela. Asegúrate de que coma a horario y solo si se come todas las verduras puede tener el chocolate de postre. Hay bocadillos en la alacena y su jugo está en la puerta de la heladera- hablo Macaque sin detenerse, guardando alguna las cosas que iba a necesitar, sin notar lo confundido y abrumado que se sentía el príncipe ante tantas palabras. -Si logras que duerma temprano, considérate afortunado pero en todo caso, solo intenta que duerma antes de media noche- porque sino, al niño le costaría mucho levantarse en la mañana y llegaría tarde a la escuela...otra vez. -¿Estás seguro que quieres cuidarlo?- enarco una ceja, notando la tensión en el cuerpo ajeno.

-Estoy seguro- no iba a retroceder, no cuando ya se había comprometido.

-No estés tan nervioso...- bufo, algo divertido sin poder evitarlo. -...MK es muy tranquilo, no va a causar ningún problema- y sin decir más, se hundió en una sombra, dejando al pobre y nervioso príncipe solo en la sala, con un niño que se iba a despertar en cualquier momento de su siesta.

-Respira profundo...- obedeció su propia orden. -...y relájate...- cerro los ojos, obligándose a si mismo relajarse. Había enfrentado demonio, había enfrentado a un dios, había dado todo de si para proteger lo que creía, así que cuidar de un niño debía ser mucho más fácil que todo lo anterior...o al menos, eso se dijo a si mismo en un intento de auto-calmarse.

-¿Nezha?- se avergonzó a si mismo al sobresaltarse pero fue rápido en recomponerse y enderezarse, dando media vuelta y viendo entonces a MK, quien estaba parado en el pasillo y vestido aun con su pijama, adormilado mientras se rascaba ligeramente uno de sus ojos.

-Hey, cariño- relajo su expresión casi de inmediato, acercándose al notar como el niño levantaba los brazos en un gesto que no dudo en cumplir, dejándolo apoyarse en su hombro. -¿Dormiste bien?- el niño asintió, bostezando ampliamente.

-¿Papá ya se fue?- murmuro, sin sonar triste o preocupado para su infinito alivio. No quería que el niño llorara, no solo porque le partiría el corazón, sino también porque no tenia ni idea de como lidiar con las lagrimas. MK hizo un puchero pero tarareo, volviendo a bostezar, el príncipe empezando a caminar hacia el baño para que el menor se lavara la cara y se cepillara los dientes.

Siendo sincero, cuidar de MK por un rato no resulto tan difícil y estresante como había estado esperando en lo más profundo de su ser. Se lavo la cara y se cepillo los dientes sin quejarse, decidido a quedarse en pijama por lo que quedaba por la tarde, comiendo algunas galletas y tomando un jugo frente a la tele a la hora de la merienda, haciendo pucheros al momento de hacer la tare pero sentándose a hacerlo de todo modos, suplicando que el príncipe jugara con él apenas termino hasta la hora de la cena, llenando su estomago con la cena preparada por su papá y pidiendo abrazos para ver la tele, durmiéndose en algún momento entre los brazos del príncipe. Fue una tarde tranquila al decir verdad, una muy bienvenida.

Papa MacaqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora