Los Hermanos #2

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Espero que les guste~

Nota: Jin-naranja. Yin-azul. Esto es mas para mi que para ustedes xD

Nota-2: Exprimí mi cerebro :3

Era una fuerte tormenta la que azotaba la ciudad, con el viento aullando con fuerza y que hacia que las copas de los pocos arboles de la ciudad se mecieran, el cielo oscuro iluminado de vez en cuando por les relámpagos y truenos retumbando, la lluvia cayendo a cantaros. Todos los habitantes estaban refugiados en sus hogares pero en una pequeña tienda que vende fideos había problemas, un demonio de aspecto furioso se retorcía para atacar, siendo retenido por un dios. Había algunas sillas y mesas rotas debido al enojo del demonio mono, dejando al dueño y a su amigo humano algo aterrados, aunque lo entendían. Se habían descuidado, se habían distraído, y por ello, MK ahora estaba perdido.

-¡Suéltame, los mataré!- gruñó Macaque, haciendo movimientos bruscos para liberarse del firme agarre que tenían en sus brazos.

-No lo haré- Wukong entendía la furia ajena pero no iba a liberarlo y dejarlo cometer un desastre. Frente a ellos estaba Pigsy, parado de manera tiesa y con una expresión tensa en su rostro, mientras que Tang estaba escondido tras el chef, temblando del miedo. El mono de pelaje oscuro gruño, sus facciones viéndose salvaje, antes de dejar escapar un bufido.

-Bien...- estaba tenso, enojado, y supuso que por eso el otro mono aun no lo soltó. -...me largo de aquí- una sombra apareció bajo los pies del par y se hundieron, emergiendo en el departamento del mono, quien se zafó bruscamente y avanzó hacia su sala.

-Macaque...- el dios hizo una mueca, sin saber que hacer exactamente.

-...no puedo escucharlo...- y eso era lo peor. La tormenta lo hacía sentir abrumado, la lluvia y el viento sonando por encima de todos los demás ruidos, haciendo que fuera muy difícil concentrarse para buscar a su hijo. Hizo una mueca, moviendo ligeramente las orejas, estaba abrumado y aturdido pero también estaba triste y preocupado.

-Lo encontraremos- Wukong estaba seguro de ello. Se acercó con pasos silenciosos, notando la mueca en el rostro ajeno. -¿Quieres tus auriculares?- ofreció en un susurro, yendo a buscar dicho objeto al verlo asentir apenas. Los trajo y los coloco con mucho cuidado sobre las orejas ajenas, viendo que se relajaba apenas ante el repentino silencio. Macaque se sentó en el suelo, sin saber que hacer, su hijo estaba perdido en alguna parte de la ciudad, solo y en quien sabe que problemas. Se cubrió el rostro con sus manos, sintiendo una ligera desesperación creciendo en su interior. Mientras tanto, Wukong se movió para sentarse tras su contraparte, espalda contra espalda, moviendo su cola para enredarla ligeramente con la ajena, esperando poder brindar algún consuelo con su silenciosa compañía. -Lo encontraremos- se iba a asegurar de ello.

... ... ... ...

Mientras tanto, MK estaba en un lugar grande y desconocido, iluminado al menos, dejado sobre un sillón y, después de que le sacaran la campera que se mojo un poco por la lluvia, envuelto en una suave manta que tenia olor a galletas por alguna razón. Estaba asustado, lejos de su casa y de sus papá, con dos demonios amables que habían decidido ayudarlo. Parecía estar en un pequeño teatro abandonado, aunque bien adaptado para verse como un pequeño hogar para el par, con el sonido de la lluvia resonando ligeramente a su alrededor.

-Son extraños...- pensó sin poder evitarlo, acurrucándose más en la manta que le habían dado. Había estado viéndolos jugar al ping-pong, escuchando sus extrañas y divertidas discusiones. Se tapó la boca para ocultar su risa cuando, por un goleó particularmente fuerte, la pelota voló y golpeó la frente del demonio con piel naranja.

-¡Gane!- sonrió el de piel azul, alzando los brazos en una pose de victoria. Se había presentado como Yin.

-No, no lo hiciste- bufo con el ceño fruncido el de piel naranja. Él se había presentado como Jin. -¡Eres un tramposo!- grito el de piel naranja, furioso.

-¡No los soy!- negó, cruzado de brazos. -¡Tu feo rostro se cruzo en el camino de la pelota!-

-¡Tu estúpida pelota se cruzó en el camino de mi hermoso rostro!- respondió, agitando la paleta con molestia.

-¡Eso no tiene sentido!- reclamo, agitando la paleta de igual manera.

-¡Tu horrible cara no tiene sentido!- señaló.

-¡Tu cara es horrible!- se lanzó y de repente, estaban peleando o algo parecido en realidad, retorciéndose en suelo, burlándose y dándose ligeros golpes. MK no pudo evitar reír, era casi como ver a su papá y a Monkie King discutir sin real enojo, aunque ellos se golpeaban entre ellos con sus colas. El par se detuvo en seco, viendo al niño reír, sonriente ante eso. El chico había estado muy callado desde que lo habían traído, mirando con tristeza a la nada, era bueno escucharlo reír.

-Bien...- Jin le dio un fuerte empujón a su hermano, riendo cuando este se quejo, levantándose del suelo. -...¡es hora de comer!-

-¡Comida!- Yin se levanto de un salto y con las manos en alto, sonriendo. Se acerco para sentarse junto al menor, mientras su hermano se alejaba para buscar su cena, acercándose al par con una caja de pizza entre sus manos. Dejo la caja en una pequeña mesa, abriéndola, agarrando dos rebanadas y sentándose, extendiendo una hacia el menor.

-Gracias- MK tarareo, aceptando la rebanada que le extendían, dándole una mordida. Estaba hambriento ahora que lo pensaba. Comió en silencio, escuchando al par de hermanos hablar entre ellos, hasta que tuvo el estomago lleno, limpiándose las manos con una servilleta que le habían dado.

-¿Estas bien, pequeño?- pregunto el de piel azul ante el silencio del niño.

-...extraño a mi papá- murmuro. Quería estar entre sus brazos y escuchar su voz, en serio que quería eso. Ellos eran amables, un poco extraños pero divertidos al mismo tiempo, y a pesar de que estaba en un lugar seguro, lejos de los demonios que habían intentado llevárselo y refugiado de la tormenta, él solo quería ir a su casa.

-Awww, estoy seguro de que si...- el de piel naranja apoyo su mano en la espalda ajena, dándole ligeras palmadas y mostrando una suave sonrisa. -...pero en la mañana, cuando la tormenta se detenga, te llevaremos con él- ese era el plan al decir verdad.

-...esta bien- sonrió ligeramente, aun se sentía triste pero un poco mas tranquilo, en serio esperaba que dejara de llover en la mañana. Se quedo un rato mas despierto, sorprendido de que el par tuviera una tele funcional, y no tardo mucho en sentirse somnoliento, el cansancio de su pequeña carrera alcanzándolo al fin. MK bostezo ampliamente y los hermanos lo notaron, sintiendo un ligero alivio ante eso. Se levantaron, con el de naranja yendo a buscar una almohada y una manta, mientras que el de azul se dispuso a acomodar al niño.

-Hora de dormir~- sonrió Yin, alzando al menor, viendo como su hermano dejaba una almohada en el sillón. Recostó allí al menor, quien fue rápido en acomodarse, siendo tapado por la manta en la que había estado acurrado y por una mas por si las dudas. Cerro los ojos, acomodándose, sintiendo unas suaves caricias en su cabello y escuchando las voces del par deseándole buenas noches. Sonrió ligeramente y se durmió rápidamente, con la idea de poder ver a su papá al día siguiente.

Papa MacaqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora