Otro Macaque #2

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Espero que les guste~

Las cosas estaban relativamente tranquilas por el momento, con Macaque atento a la interacción entre su hijo y su otra versión, sonriendo con diversión al notar como este último lucia más relajado con el pasar de los segundos, la felicidad y entusiasmos del niño siendo de gran ayuda.

Pero como siempre, algo debía pasar.

-¡Ya vine!- era una voz familiar que hizo que una repentina tensión llenará la habitación. Un largo suspiro lleno de cansancio y resignación saliendo de Macaque pudiendo ver el exacto momento en el que su otra versión se ponía rígido y alerta. Si, esa no era una buena señal.

-¡Baba!- MK se apresuró a levantarse para correr y abrazar al recién llegado, mientras que el otro Macaque se voltea a a ver al dueño del lugar.

-¿Te casaste con ese idiota?- lo miro fijamente, luciendo absoluta y completamente ofendido.

-Me ofendes que siquiera lo hayas pensado- hizo una mueca. -Ni siquiera borracho con los litros de la bebida más alcohólica que los dioses pudieran crear lograría que me casara con él-

-Mi oreja me arde- Wukong se acercó entonces, con el feliz niño entre sus brazos y enarcando una ceja. -¿Me estas criticando desde tan temprano?-

-Solo estoy recalcando que eres infumable y no me casaría contigo ni aunque fueras el último ser en esta tierra- se mordió el interior de su mejilla para no reír ante la expresión de su contraparte, quien estaba muy quieto en su lugar y con los ojos bien abiertos.

-Yo...- el dios parpadeo. -...estoy dudando entre sentirme ofendido y afortunado- se rasco ligeramente la nuca.

-Un poco de ambos- se encogió de hombros, despreocupado y ganándose una mala mirada de parte de su contraparte.

-¡Mira Baba!- MK llamó la atención, inclinándose para señalar al integrante temporal de la casa. -¡Es otro papá!-

-Oh...- y ahí es cuando Wukong lo noto, el Macaque con ropa de pelea erizándose un poco, apenas absteniéndose de gruñirle y mostrarle los colmillos.

-...las dimensiones no hacen diferencia, ¿eh? Tienes la misma cara de estúpido de siempre- no pudo evitar decir, algo satisfecho al ver al dios fruncir ligeramente el ceño.

-Es tan grosero como tu- bufo, extrañamente divertido, bajando al niño al sentirlo removerse con la sola intención de tener sus pies en el suelo.

-¿Y tu te crees educado?- enarco una ceja, burlón. -Ni siquiera sabes que es "educación", loco desastroso- Wukong le contestó, su tono lleno de ofensa y burla, aunque MK ya no les presto atención, más ocupado en notar la tensión en el cuerpo del invitado.

-¿Señor Macaque?- y mientras esos dos peleaban, se acercó a la otra versión de su papá, apoyando tentativamente sus manos sobre su pierna para darle un ligero empujón y llamar su atención. -¿Quieres jugar conmigo?- porque no se veía cómodo allí, sentado de manera rígida, su cola demasiado quieta para su gusto y supuso que, si lo poco que sabía de la historia de su papá era igual para esta versión, no era nada buena.

-¿Jugar?- a pesar de su ligera confusión, se levantó, dejando que la pequeña mano agarrara la suya. Acarició suavemente con su pulgar, recibiendo una gran sonrisa ante su gesto. Se dejó guiar por el niño, caminando con pasos silenciosos por el pasillo hasta llegar a la puerta marrón oscuro y con un cartel colgado que tenía escrita el par de letras que conformaban el apodo del pequeño. -¿A qué quieres jugar?- no iba a decirlo en voz alta pero estaba aliviado de alejarse del dios, incluso no era la versión que conocía. Se veía más relajado, juguetón y burlón, el mismo de sus primeros años. Dolía un poco verlo, recuerdos que había reprimido con todas sus fuerzas amenazando con emerger en cualquier momento y no iba a permitirlo.

-Tengo rompecabezas- abrió la puerta, adentrándose y arrastrando al mono de paso, decidido a distraer al mayor. Esta versión de su papá lucia algo tosco, manteniéndose algo alejado, sobresaltándose un poco ante cualquier sonido o toque pero incluso con todo eso, podía notar una suavidad en sus ojos dorados, especialmente ahora que estaban solos. -Tengo uno de 200 piezas...- lo soltó para agarrar la caja y mostrarla con orgullo. -...y es del espacio- colorido y muy bonito.

-Del espacio- se sentó de piernas cruzadas sobre la alfombra que cubría una parte del suelo, sonriendo apenas al ver al niño emocionado que se apresuraba a imitarlo. -Dime...- tarareo suavemente, MK abriendo la caja para dejar caer las múltiples piezas. -...¿Bordes o centro?-

-Bordes~- sonrío, ya empezando a separar las piezas.

-¿Por lo más fácil?- enarco una ceja. -Eso es trampa, niño- sonrió cuando lo que recibió como respuesta ante eso fue una carcajada.

Papa MacaqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora