Midori

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Espero que les guste~

Nota: Quería que alguien le diera un golpe de realidad a los demonios xD

Nota-2: Wow, capítulo 55 o_O

Midori había vivido en la ciudad durante tanto tiempo que sabía que demonios ignorantes y estúpidos había en gran cantidad pero ese pensamiento sólo aumentó cuando, caminando por el centro, vio a un grupo de demonios acorralando a un niño muy familiar.

-¡MK!- llamó, ya avanzando a grandes pasos, su apariencia humana derritiéndose para dejar ver sus tonos de verdes y dejando que sus ojos brillará, activando sus poderes. El suelo bajó los pies de los demonios tembló y se quebró hasta romperse, algo parecido a lianas gruesas salieron casi como serpientes, rodeando los cuerpos ajenos para mantenerlos inmovilizados y aprestando hasta que se quejaron, el niño retrocediendo con sorpresa. -Hey, hey, ¿estás bien, cariño?- preguntó con preocupación, agachándose sólo para poder verlo de cerca.

-Estoy bien- si se veía bien, algo sucio y sacudido por la experiencia pero sin heridas gracias a la protección de su ropa. -¿Señorita Midori?- estaba sorprendido de verla fuera de la escuela, especialmente con su apariencia de demonio.

-Exacto- sonrió suavemente, inclinándose para dejarlo abrazarla, sintiendo su pequeño cuerpo temblar. -¿Qué haces aquí?-

-Estaba en la plaza con mis amigos pero...- se separó lentamente, mirando de reojo a los demonios desconocidos. -...ellos me taparon la boca y me trajeron aquí- confesó con un ligero puchero. Midori frunció el ceño, molesta con la estupidez ajena.

-¿Puedes quedarte aquí un segundo, cariño?- preguntó suave y dulce, sonriendo a pesar de la ira. -Tengo que hablar de algo con ellos pero te llevaré con tu papá en cuanto termine, ¿de acuerdo?- MK parpadeo, asintiendo, confiaba en su maestra. Así que se quedó en su lugar, viendo cómo ella se enderezaba y caminaba hacia los demonios aún atrapados por las enredaderas.

-¿Son estúpidos?- fue lo primero que salió de su boca al estar frente a ellos.

-Se supone...que debes estar de nuestro lado...- jadeo uno, haciendo una mueca por el esfuerzo que estaba haciendo para respirar bien. -...eres...un demonio-

-¡Soy un demonio pero no soy estúpida!- gruñó, enojada, las punta de su cabello elevándose apenas por la repentina ola de poder que salía de su cuerpo. -¡Lo que ustedes están haciendo es estúpido, lo único que van a lograr es una guerra que no va a acabar bien!- golpeó con su dedo índice la frente de uno de ellos, fuerte y firme para que le doliera.

-Macaque es un...maldito...- jadeo el otro y ella estaba agradecida que no tuvieran fuerza suficiente para gritar o sino, el niño lo habría escuchado.

-No tengo idea de eso pero si sé que él es uno de los demonios más poderosos de esta ciudad...- se cruzó de brazos. -...y que buscar una pelea en su contra es una pecima idea- tenía el comienzo de un dolor de cabeza. -Por no olvidar que ahora tiene compañía. El gran Sun Wukong, dios inmortal, que alguna vez mato a un ejército de demonios sin ayuda. Y también está Nezha, el príncipe del reino celestial, capaz de atravesar tu corazón con su lanza sin problema- frunció el ceño. -Ir contra ese niño con la intención de lastimar a Macaque solo creará una guerra de la que muchos de los nuestro no se salvarán...- se acercó, amenazante, contenta de verlos tragar con tensión. -...y eso significará...que la sangre de inocentes que se derrame en ese caso, estará en sus manso y en su conciencia- suspiro, cansada. Algunos eran demasiado estúpidos y eso la hacía preguntarse como habían sobrevivido hasta el momento. -Piénsenlo- y con eso, les dio la espalda, caminando hacia el niño que la esperaba. -¿Listo para irte?- extendió su mano.

-¡Si!- asintió, tomando la mano ajena y empezando a caminar, aliviado por ser salvado por una cara familiar y amable. -¡Tus poderes son asombrosos!- recordó decir y Midori no pudo evitar reír ligeramente, escuchándolo divagar de cómo se parecía a un personaje de alguna película.

Papa MacaqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora