Sin Opción

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Espero que les guste~

Nota: Siento que ha pasado un tiempo pero tenía el cerebro medio seco xD

El salón de clase llenos de niños emocionados era ruidoso, aunque la maestra los dejo por unos segundos, sonriendo con cariño ante el entusiasmo de todos. Hablaban de lo que podrían hacer

Mientras tanto, MK se mantuvo callado, mirando el papel que le habían entregado hace solo unos minutos. Era un anuncio de que la escuela iba a realizar un día de padres, un día en particular en el cual se invitaban a los padres de cada quien para que hablaran un poco de sus trabajos y luego participaran en juegos para ganar algunos dulces. Simple pero por alguna razón, él estaba teniendo dudas, unas que decidió resolver. Así que espero a que todos salieran al recreo ante el sonido del timbre, levantándose de su lugar para acercarse a la mujer sentada tras el escritorio en la parte de enfrente.

-¿Maestra?- llamo, tentativo, relajándose en su lugar cuando ella alzo la vista para mostrarle una amble sonrisa. Midori era amable con todos y siempre estaba dispuesta a escuchar, una demonio de tonos verdes que se mantenía  oculta bajo una apariencia humana solo por seguridad, aunque MK creía que su piel color verde manzana era bonita.

-¿Si, MK?- dejo lo que estaba haciendo para prestarle toda su atención, curiosa. Había notado lo callado que había estado el chico cuando le dio el la invitación y, aunque no se había visto exactamente triste, aun le había preocupado su expresión en blanco.

-¿Puedo invitar a mi baba también?- pregunto, esperanzado.

-¿Tu...baba?- Midori estaba confundida, sin poder recordar un segundo padre en el archivo ajeno. -Oh...- y de repente, recordó. Fue un cambio pequeño que había llamado su atención en su momento. Un numero extra en caso de emergencia, junto a un nuevo nombre de quien podía retirar al menor. Los reconoció, por supuesto que lo hizo, y eso la lleno de algo de miedo, porque una cosa era ver a Macaque pero ver a Wukong aparecer después de años de estar desaparecido, eso era terrorífico para los demonios. Aunque ninguno había hecho amague de atacar, a menos que lastimaras al pequeño, así que eso la mantuvo tranquila. -¿Es...la pareja de tu padre?- se sentía como una chismosa pero tenía tanta curiosidad que no podía evitarlo.

-No- negó, riendo ligeramente al recordar la larga lista que su papá le había mencionado una vez para nunca estar en una relación con el dios. No había entendido la mayoría de todo eso pero ver el rostro ofendido de Wukong a medida que Macaque continuaba era lo más divertido de todo. -Papá y baba son amigos- declaro con total orgullo.

-Bueno...- Midori no pudo evitar sonreír, divertida. Tenía la sensación de que había más en la historia pero iba a quedarse con la curiosidad. -...ambos son bienvenidos si pueden venir- eso animo visiblemente al niño.

-¡Gracias!- fue rápido en decir antes de salir al recreo, entusiasmado y ella solo pudo mirarlo irse, dejando salir la carcajada que se había estado aguantando al estar sola. Tenía la sensación de que tener a ese par en su salón iba a ser interesante.

... ... ... ...

Más tarde, apenas llego a su casa, MK se apresuro a dejar su mochila en el suelo y rebuscar adentro, sacando el pale que le habían dado ahora bastante arrugado y extendiéndolo hacia el mayor, quien lo acepto con una ceja arqueada.

-¿Día de padres?- miro el papel con curiosidad, apartando la vista para mirar a su hijo, notando como daba pequeños saltos en su lugar. -¿Quieres que vaya?- pregunto con tono burlón porque ya sabía la respuesta.

-¡Si, por favor!- no dudo en decir. -¡Y también baba!- apunto hacia Wukong, el cual se atraganto con el durazno que se estaba comiendo.

-¿Él también?- hizo un mueca, viendo de reojo como su contraparte tosía y luchaba para sacar el gran trozo de durazno, aunque pareció poder tragarlo al final porque se acostó en el suelo y se relajo. -Bien, él también- suspiro con resignación, demasiado débil para decirle negarle algo a su ilusionado hijo.

-¡Oh, si!- MK chillo, corriendo para cambiarse el uniforme por algo más cómodo, dejando a Macaque para que juntara el desastre que alguna vez fue su mochila organizada.

-¿Al menos puedo opinar?- pregunto Wukong, enarcando una ceja.

-No- fu contundente y el dios no pudo evitar hacer un puchero, aunque ambos sabían que de igual manera iba a ir.

Papa MacaqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora