Mi Papá

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Espero que les guste~

Nota: Prepárense para la sobrecarga de diabetes porque creo que esto es lo mas meloso que he escrito hasta ahora xD

Nota-2: Si hacen dibujos, yo quiero ver xfis :3

MK esta sorprendido de como ha cambiado su vida de repente. En un momento estaba en la calle, rebuscando entre los basureros para encontrar comida, durmiendo en el primer callejón vacío que encontraba y al otro, estaba dentro de un departamento muy cálido, siendo cuidado por un demonio con aspecto de mono. Era extraño pero no pudo evitar aferrarse a él, era amable y lo trataba con cariño, le mostraba una sonrisa y no parecía molestarse por su falta de respuesta, le había regalado muchas cosas bonitas y le había dado un cuarto con una cómoda cama para dormir, por no mencionar toda la comida y bocadillos que le daba. Le gustaba, le agradaba y quería aferrarse todo lo que pudiera pero temía molestarlo, así que se esforzó por no ser pegajoso.

El demonio-mono se presento como Macaque y se ofreció a cuidarlo, recibiéndolo con los brazos abiertos.

Y luego sus pesadillas volvieron. Se despertó llorando, abrazando a Momo contra su pecho y tapando su boca para no despertar a quien lo cuidaba pero eso pareció ser inútil, pues el mono no tardo mucho en entrar y ofrecerle abrazos, algo que no pudo negar. Se aferro a toda la comodidad que le ofrecieron y cuando no recibió ninguna queja de parte del mayor, no lo soltó.

¡Recibió un apodo! Macaque lo llamaba "Kid", "Niño", "Chico" y a veces lo llamaba "MK" pero su favorito del momento era "Mi pequeña sombra". Había algo en la forma en la que él lo decía, algo en su tono de voz, algo en su tono lleno de cariño que lo hacia sentir cálido y querido.

Así que un día, después de una noche en la que sus pesadillas se volvieron particularmente malas y le tomo mucho calmarse, se decidió. Macaque no era su padre, él no lo era. Su padre era alguien malo, que siempre bebía de una botella que lo dejaba oliendo raro y arrastrando las palabras, que lo golpeaba si lo tenia cerca y se molestaba con mucha facilidad, gritándole que se callara.

Asi que si, Macaque no era su papá pero quería que lo fuera, más que nada en el mundo, quería quedarse en su bonita casa y ser una pequeña familia.

-Sr. Macaque...- murmuro contra el hombro ajeno. Su voz sonaba horrible y su garganta le dolía ahora pero quería hablar.

... ... ... ...

Macaque tarareo, moviéndose por su departamento con un brazo ocupado sosteniendo a su hijo y con una manzana en su otra mano. Le dio una mordida, repasando en su mente lo que debía hacer para el día. Tenía shows programados, de eso estaba seguro, solo esperaba que el chico se sintiera mejor y pudiera bajarlo para entonces.

-Sr. Macaque...- se sobresalto ante la voz, sin haberlo esperado y sorprendido de escuchar su nombre. El menor se había mantenido en silencio desde que se había despertado. -...tu no eres mi papá...- el mayor parpadeo ante eso, notando que el tono ajeno era pensativo. -...pero eres más amable que él...y no te molesta mi voz...ni te enojas cuando me rio...o cuando no contesto...es raro...- lo sintió acurrucarse mas contra su hombro. -...¿Por qué no te enojas como él?- la pregunta lo tomo desprevenido pero no tenía problemas para contestar.

-Tu risa no me molesta porque escucharte reír me da tranquilidad y me hace sentir que estoy haciendo las cosas bien, que te sientes feliz aquí...- murmuró con suavidad, dejando su manzana a medio comer a un lado y separando al chico de su cuerpo, sentandolo en la mesada para poder mirarlo. -...que no hables no me molesta porque no me lo tomo personal, sé que te estas curando de pasar algo que no lo tengo muy en claro...- cuantas ganas tenia de buscar al padre biológico del niño y hacerlo desaparecer de la faz de la tierra. -...no me enojo contigo porque estoy feliz y aliviado de tenerte aquí en mi casa, donde sé que estás seguro y cálido...- acuno el rostro ajeno, mostrando una suave y cariñosa sonrisa, MK viéndolo con los ojos llorosos y una temblorosa sonrisa. -...no me enojo porque te quiero mucho~- confesó.

-¿Me quieres...incluso si tengo muchas pesadilla?- murmuró con timidez.

-Te abrazarte hasta que todas tus pesadillas desaparezcan- aseguró, dando un suave apretón a las mejillas ajenas.

-Sr. Macaque...- llamó apenas él lo soltó. -...¿Puedes ser mi papá?- preguntó con esperanza, algo en el interior del mono derritiéndose ante la pregunta.

-¿Quieres que sea tu papá?- recibió un rápido asentimiento como respuesta y el mayor sonrió, inclinándose para frotar suavemente su frente contra la ajena. -Me encantaría~- escucho una risa alegre ante eso. -¿Tu quieres ser mi pequeña sombra?-

-¡Si!- chillo, alzando los brazos para abrazar a su papá, quien lo volvió a alzar y le devolvió el gesto con todo el cariño que tenía. -Papá...- murmuró contra su hombro, recibiendo un suave tarareo como signo de que estaba siendo escuchado. -...en mis sueños...el hombre malo...- decidió llamarlo así porque él ya no era su padre, ahora solo era mal un recuerdo y el culpable de sus malos sueños. -...viene a buscarme y a llevarme lejos...- temía que algo así sucediera.

-No te preocupes, mi pequeña sombra...- lo separó ligeramente para dejar un suave beso en la frente ajena y mirarlo a los ojos. -...yo no lo dejare acercarse- lo dijo con seguridad y eso pareció tranquilizar al niño, quien sonrió y lo abrazo nuevamente. El mono tarareo, acariciando la espalda de su niño, mordiéndose la lengua para no dejar escapar el gruñido profundo que quería. Le arrancaría las manos a ese bastado si llegaba a mostrar su fea cara por la ciudad.

Papa MacaqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora