Capítulo 28: Tras la primera pista

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CAPÍTULO 28: TRAS LA PRIMERA PISTA


Siempre es el momento apropiado para hacer lo que es correcto

Martin Luther King



—Creo que aún no has entendido de qué va esto —le solté sin el menor miramiento—. El mundo físico debe dejar de ser tu prioridad o tardarás años en ver la Luz. 

—Frontera lleva razón —Por suerte Shen al menos me apoyaba en eso—. Por mucho que nos parezca buena idea, no podemos aceptar tus condiciones. Nuestros superiores nos lo dejaron bien claro, está prohibido el uso de almas para llevar a cabo nuestro propio trabajo.

—¡No me estáis usando! —replicó Óscar con brusquedad, pero al ver que los dos le miramos con seriedad bajó el tono de voz—. Soy yo el que se está ofreciendo. Me da igual el tiempo que después tenga que quedarme en este sitio.

—Eso lo dices ahora, cuando no hace ni 24 horas que estás aquí... —le dejé caer recordándole algo de lo que parecía no darse cuenta.

—¡Joder! ¡Claro que soy consciente de eso! Pero a estas alturas ya me da igual. Si hay algo que no puedo soportar es quedarme de brazos cruzados sabiendo que está en nuestras manos evitar un atentado. Por favor, decidme si no es un motivo más que justificado.

—Lo es y nosotros somos los primeros que haremos todo lo que está en nuestra mano para evitarlo —le respondió mi compañera con seguridad enfatizando las mismas palabras que había utilizado el pelirrojo.

—Y además, si dices que existe un localizador dentro del dispositivo que te quitaron, será la propia Unidad de Antiterrorismo la que ya haya empezado con el rastreo. Vamos no hay que ser muy listos para llegar a esa conclusión —puntualicé yo, aún sin entender por qué era tan indispensable que nosotros interviniésemos.

—No me cabe la menor duda, pero por desgracia creo que si esas personas se tomaron la molestia de robármelo no es para otra cosa que para distraer a la Brigada modificando las señales del localizador —nos explicó él completamente convencido de lo que estaba diciendo.

—Vale, ahora sí que me he perdido... —confesó Shen, aunque yo también podía haber contestado lo mismo.

—Todos los dispositivos de los agentes contienen un localizador que emiten ondas radiofrecuencia que son recogidas y procesadas por los sistemas informáticos de la Unidad de Emergencias. Hasta aquí todo normal... Sin embargo una vez, hace unos cuantos meses, se extendió el rumor de que esas señales que emitían no eran del todo fiables y que cualquiera con conocimientos suficientes de ingeniería electrónica podría alterarlas.

—Tú lo acabas de decir... Que sea un rumor no significa... —comenzó a puntualizar mi compañera, quitándole importancia.

—Vi con mis propios ojos cómo un colega mío lo hacía sin el menor problema —la interrumpió Óscar— y ni siquiera los responsables del mantenimiento del sistema se dieron cuenta.

—Genial... —resoplé yo al ver que la teoría del agente podía ser correcta y que le habían quitado el dispositivo para evitar precisamente que la Brigada diera con ellos—. ¿Y qué pretendes que hagamos?... ¿Que vayamos a tu Unidad y les digamos que si siguen la pista del localizador caerán en el juego de los que planean atentar en Madrid?

—Nos darán una buena patada en el culo, a modo de recompensa —bromeó Shen. Al parecer no era el único que pensaba que aquello era una estupidez.

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