Capítulo III

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Dafne

—Al no tener hijos dentro de su matrimonio, se vuelve un proceso más fácil. Teniendo en cuenta que ambos quieren divorciarse, tenemos dos formas vía judicial o ante un notario. Existe también el divorcio contencioso, sin embargo, no es nuestro caso.

—¿Y cuál es la diferencia?

—Si lo hacemos vía judicial iríamos ante un juzgado, contrario al divorcio notarial podemos llamarlo divorcio express, sería más rápido.

—¿Y eso del divorcio contencioso?

—No es nuestro caso, pero es cuando los cónyuges no llegan a un acuerdo para el divorcio.

Si, definitivamente no es nuestro caso, ambos queremos el divorcio.

—Hagamos el divorcio notarial. No quiero pasar más tiempo casada con el señor Harrington.

—Perfecto. —veo como Tom anota en su agenda.

—¿Algo más?

—Si, en este caso hay dos medidas que debemos de tener en cuenta, el domicilio familiar y pensión.

—En ese caso, el domicilio familiar lo compartimos, pero ambos tenemos más propiedades, no tengo problema en dejarla, creo que tendría que encargarse de ello y respecto a la pensión, no necesito una, tengo un trabajo que solventa mis gastos.

—Bien, me encargare de todo, no se preocupe. —dice Tom mientras guarda su agenda y se levanta para estrechar su mano con la mía—. Estaremos en comunicación señora Collins.

—Por favor, muchas gracias.

Salgo detrás de él, ya que nos encontrábamos en la sala de juntas. Mientras me dirijo a la oficina que tengo en el hospital.

Los hospitales Collins se encuentran entre uno de los mejores tres de toda Irlanda, por generaciones la familia Collins pertenece a la rama de la salud, sin embargo, yo desde pequeña me sentí atraída por todas esas construcciones que veía, edificios altos, puentes, túneles y demás.

El legado Collins va directamente a mi hermano Liam, al no estudiar medicina mis padres decidieron que él tuviera un mayor porcentaje de acciones de los hospitales, mientras que yo tendría menos ya que mi "esposo" me mantendría e iba a tener asegurada la fortuna de este mismo.

La comparación entre ambos siempre estuvo presente desde que tengo memoria, por ello es por lo que no tengo una buena relación con él.

Pero no me quejo, tengo buenos amigos que se convirtieron en los hermanos que necesitaba y juntos creemos DAAM. Una asociación que a lo largo de estos 8 años ha estado en la cima.

Una asociación que en nuestros años universitarios nos costó uno y mil sacrificios. Estoy orgullosa de lo que hemos logrado, sin embargo, yo no me he mostrado ante todos como socia de la asociación, no muchas personas saben que soy una de las fundadoras de DAAM.

Saludo a varias enfermeras que me encuentro en el pasillo, llegó a mi oficina, dónde tomo mi bolso y las 3 carpetas de la constructora que tengo pendientes. Escucho la puerta abrirse «¿Por qué nunca toca la puerta?».

—¿Ya te vas? —pregunta Liam dando un vistazo al bolso que tengo en mi mano y las carpetas.

—Si, no tengo nada que hacer aquí, no trabajo aquí.

—Cierto, que mi pequeña hermana decidió ser ingeniera —contesta dándome una sonrisa.

Intentando ser educada muestro una sonrisa de boca cerrada.

—¿Se te ofrece algo?

—De hecho, sí. Quería saber si tienes tiempo para ir a almorzar conmigo, tiene años que no hablamos. —dice de manera tímida.

—No puedo, tengo trabajo.

—¿Trabajo? ¿Por qué no lo sabía? —pregunta de manera curiosa mientras me mira sorprendido —pensé que Eric te mantenía y no tenías necesidad de trabajar.

Bufo. ¿Por qué pregunta ahora? Nunca se interesó en mi vida.

—Si no lo sabías es porque nunca me preguntaste además Eric no me mantiene, lo hago yo misma.

—Pensé que lo hacía, veo que me equivoqué. En una discusión con papá supe que te vas a divorciar, ¿es cierto? —pregunta mientras se sienta en el sofá que tengo.

Lo miro con duda, «¿Qué mosco lo pico? Nunca se interesó en llevarse bien conmigo y de la nada quiere hacerlo, raro».

—Si.

—¿Solo sí?

—¿Qué más necesitas que te diga? Me hiciste una pregunta que se puede contestar con un monosílabo. —contesto con duda.

Sonríe.

Mi hermano sonríe ante lo que dije, desde que crecimos no me había sonreído solo recibí gritos y malas palabras de parte suya.

—Tienes razón eres muy inteligente.

—Bien... voy de salida, ahora sí me disculpas.

—Tengo una pregunta más.

—Ajá

—¿Eric te trato bien en estos años de su matrimonio?

—Si —miento.

Avanzo hacia la puerta donde el la abre por mí y murmuro un gracias, sale detrás mío.

—¿Quieres que te lleve a tu trabajo? —pregunta con cautela esperando mi respuesta.

—No es necesario.

Veo la desilusión en su mirada, pero avanzo dejándolo atrás llegando hasta el elevador. No quiero hablar con él en estos momentos, tengo un nudo en la garganta cuando se trata de mi familia.

Desde que era pequeña, mamá no demostró mucho cariño, siempre estuvo enfocada en el hospital al igual que papá; él era más exigente diciendo que teníamos que seguir los mismos pasos que toda la familia, ser doctores. Liam por otra parte se portó grosero conmigo cuando cumplí 12 años.

Lo seguía a todas partes, cuando ingresé a la media superior deje de seguirlo, conocí a aquellos que ahora llamo hermanos y estuvieron conmigo cuando lo necesitaba.

Ingreso al elevador y aprieto el botón de planta baja, estar en el hospital me hace sentirme asfixiada. Salgo de este mientras camino hacia el estacionamiento donde deje el coche.

Mi bello Mercedes AMG GT 63 s negro.

Subo al mercedes, dejo mi bolso y las carpetas en el asiento copiloto mientras coloco el cinturón de seguridad para dirigirme a la constructora.

La cede principal de las constructoras DAAM se encuentra aquí en Dublín, hay dos sedes más en Irlanda, y hace aproximadamente un año y medio abrimos dos sedes más en el extranjero, una en Estados Unidos y la otra se encuentra en Argentina.

Ante la sociedad solo soy una Ingeniera Civil que se casó a los 25 con el hijo mayor de la familia Harrington; una de las familias más ricas de toda Irlanda. En los encabezados se me hace pasar como una esposa mantenida, cuando es todo lo contrario. Muy pocos saben que soy la cabeza de las constructoras DAAM.

Mi familia se sorprendería que no solo soy una esposa mantenida.

Más allá de un contrato de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora