Dafne
—¿Es necesario esto? —pregunto mientras Eric abre la puerta del Lamborghini.
—Si, quiero hacerlo, ¿o no quieres que lo haga? —dice mientras cierra su puerta y da la vuelta al carro para abrir la mía.
—Es raro —menciono, aunque me gusta que abra la puerta por mi— puedo hacerlo yo sola.
—Claro que puedes Collins, pero quiero abrirla yo, ¿está mal? —sostengo la mano que me da y camina junto a mí.
—No está mal, pero me vas a acostumbrar.
—De eso se trata.
Nos adentramos a la constructora y saludo a todos, pero la atención no es hacia mí, si no al hombre que tengo junto a mí. Las miradas de las mujeres lo detallan de pies a cabeza, pero él parece no darse cuenta de ello ya que está detallando la estructura. Llegamos al elevador y sube conmigo dejándome pasar a mi primero y subir al nivel cuatro donde se encuentra mi oficina.
Siento la mano de Eric en mi espalda baja a la hora de que las puertas del elevador se abren e intento no tensarme, pero los nervios me traicionan.
Salimos del elevador, pero él no quita su mano de mí espalda baja y por supuesto yo tampoco le digo que la quite, en el piso cuatro se encuentran las oficinas de los directores de cada área de la constructora junto a la sala de juntas.
Encuentro a Mary en su escritorio ya en su puesto y al ver que vengo acompañada se sorprende, pero al verme decide no preguntar nada y solo sonreír.
—Buenos días, Mary.
—Buenos días, señora Collins y señor Harrington, el señor Smith se encuentra en su oficina.
Frunzo mis cejas ya que no me avisó que venía.
—¿Señor Smith? —pregunta Eric con curiosidad y la mano que tenía en mi espalda baja se recorre hasta mi cadera.
—Mary, por favor trae un café para mí y para Eric... —lo miro para que él diga que es lo que quiere.
—Un té estaría perfecto.
Mary asiente y sale de su escritorio y siento la mano de Eric apretar mi cadera mientras me pega un poco más a él.
—¿Debería preocuparme?
—No lo sé, tal vez —digo con una sonrisa y me aparto de él para entrar a mi oficina.
Michael se encuentra sentado en una de las sillas de la mesa donde reviso los planos, se encuentra con el teléfono en mano, pero al escuchar abrir la puerta levanta la vista hacia nosotros y puedo ver un destello de una sonrisa maligna y ya sé lo que se avecina y antes de levantarse vuelve a tomar el teléfono y sé que ha enviado un mensaje al grupo que tenemos porque mi teléfono suena en mi bolsa del pantalón.
—Hola mi vida, ya estás aquí —dice mientras me da una sonrisa mostrando sus perfectos dientes—. Señor Harrington un placer conocerlo por fin en persona.
Volteo hacia Eric que solo lo mira de pies a cabeza y está tenso y sus manos en puño por lo cual las mete dentro de su pantalón para que no las vea, pero demasiado tarde, ya las he visto.
Ni porque tengamos treinta años más encima, Michael jamás va a cambiar y el hacerse pasar por novio mío o de Aranza pasará de moda para él.
—¿Qué haces aquí, mi vida? —digo siguiéndole el juego.
—Pase a saludarte antes de ir a trabajar, pero veo que vienes acompañada de...
—Su esposo —dice Eric un poco molesto—. Acompañada por su esposo.
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Más allá de un contrato de amor
Ficção AdolescenteDafne y Eric llevan casados más de tres años, él casado por un contrato y ella por amor. Eric la trató mal creyendo que ella lo engañó con un contrato pero no esperaba que Dafne no supiera sobre este. ¿Estarán dispuestos a tener un final feliz junt...