Capítulo XXXII

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Eric

Vuelvo a mirar los papeles del divorcio, su firma se encuentra en las partes donde está su nombre.

El sabor amargo del Whisky cala en mi garganta, no quiero firmar.

La única manera de sentirme cerca de ella es si sigo sin firmar. No pide nada, es un simple papel donde pide el divorcio, dejando que ella se quede con lo suyo y yo con lo mío.

El dolor de cabeza incrementa con todos los negocios que he estado haciendo con tal de evitar a mi familia.

Sus llamadas no faltan y a mí no me importa lo que ellos tengan que decir, tuve que dejar de vivir en la casa en la que estaba con Dafne, los recuerdos en la noche por efectos del alcohol no eran buenos.

Además de la familia yendo a buscarme a cada nada, era un infierno.

El toque en la puerta me hace levantar la mirada.

—Me voy —me dice mi hermana.

Asiento.

—No tomes, ha pasado un tiempo y me duele verte así, por favor.

—Todo es más llevadero si tengo alcohol en mi sistema.

Linda vino al departamento donde me encuentro, y sabe que me molesta la compañía en estos momentos.

—Promete que llamarás una vez llegues a New York —le digo levantándome para despedirme de ella.

—Lo prometo, pero ahora tu promete que dejarás de tomar —me dice quitando el vaso de Whisky de la mano.

—No hago promesas que no puedo cumplir, Linda. Y esta es una de ellas, si estoy sobrio no puedo evitar no dejar que mi mente divague.

Se muestra inconforme con mi decisión, pero no insiste, sabe de todas maneras que no voy a hacerle caso.

—Me voy, Omar está esperando abajo, solo no cortes contacto conmigo ¿Quieres? Me regresaré a la primera llamada que no me contestes.

La acompaño dejando que Omar la lleve al aeropuerto, no estoy de ánimos para llevarla, solo de despedirme aquí.

• ────── ✾ ────── •

Perder la conciencia tomando es algo que se volvió rutinario. No hay día que no tenga una botella en el escritorio para aguantar la carga de trabajo que he empleado.

Estamos ya a finales de marzo y desde hace tres semanas exactamente que no tengo la menor idea de donde se encuentra Dafne.

Intente sacarle la información a Michael en un bar, donde tomamos juntos, pero ni él sabe donde se encuentra.

Los días avanzan y yo me estoy quedando atrás. Donde las tormentas de recuerdos llegan a mi mente, doy otro trago.

Los lugares para tomar y yo nos hemos convertido en mejores amigos.

Ni siquiera se la hora, solo sé que los trabajadores de alguna manera están esperando que me vaya.

—Señor...

Lo interrumpo.

—Trae una botella más.

Es un mesero, no sabe que hacer al mirar atrás donde se encuentran otros meseros reunidos.

Llega un hombre en traje a hablar.

—Lo sentimos mucho señor Harrington, pero estamos a punto de cerrar, se encuentra bastante ebrio ¿No prefiere que le pida un taxi?

Más allá de un contrato de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora