Capítulo XLI

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Dafne

Limpio mis lagrimas con el dorso de mi mano y lo reparo por completo, la chamarra negra, los pantalones deportivos y las botas gruesas hacen que no deje de verlo.

Me explica como es que llego aquí mientras yo trato de salir del shock de tenerlo frente a mí.

—Lamento llegar tarde, me perdí y terminé tocando cabañas allá abajo por más de 2 horas, hasta que una amable señora de la cabaña de allá —señala—, fue amable conmigo y me dijo que una hermosa pelinegra con las características que le di vivía aquí.

No es justo.

Lagrimas corren por mis mejillas hasta el cuello y siento que esta es la noche donde más lagrimas he derramado.

No hablo, solo sollozo viendo al hombre en puerta que me mira con una sonrisa que le hace brillar los ojos.

Sigue manteniendo la barba corta y es mas alto de lo que recuerdo. Me mantengo solo mirándolo como si fuera una especie de fantasma.

Espera a que yo hable, pero sabe que no lo hare, no tengo palabras, estoy siendo en este momento un huracán de emociones vivas y cálidas que no se ni como explicar.

—¿Llego tarde para celebrar noche buena contigo? —me pregunta.

Niego con la cabeza mientras coloco mis manos en mi rostro para que deje de verme llorar.

—¿No estas enojado conmigo? —le pregunto mientras sigo con las manos en el rostro.

Se que hable en voz baja y no ha de escucharme porque espera a que yo quite las manos de mi rostro y lo mire.

—¿Quieres repetirme la pregunta?

—¿No estas enojado conmigo? —repito en un susurro sorbiendo de mi nariz.

—Creo que voy a enojarme contigo si me dices que no puedo pasar este día contigo. Al menos, que estes compartiendo este día con otra persona yo daré la vuelta y me iré, no...

No lo dejo terminar de hablar cuando me le voy encima, me abrazo a su cuerpo enredando mis piernas en su torso y pese a que tiene nieve, no me importa.

El me abraza con la misma fuerza que yo lo hago, la nieve no es un problema, puedo enfermarme mañana, pero me niego a soltar a este hombre.

Se mueve conmigo dentro de la cabaña.

—Supongo que esto significa que si puedo entrar.

Asiento mientras sigo abrazándolo.

—Llegas un poco tarde —le digo—, la película ya esta a punto de acabar.

Me despego de él para tomar su rostro.

—Pero supongo que hay solución para eso —sus ojos brillan cuando sonríe—. Podemos poner la película de nuevo o puedes contarme y vemos el final juntos.

Le quito el gorro y lo aviento de lado, su cabello esta mas largo de lo que recuerdo, detallo su rostro como nunca lo había hecho.

Siento el revuelo de mariposas adolescentes cuando lo hago. Esos ojos verde que son mi perdición no me quitan la mirada de encima.

Pasa sus manos de mi espalda baja hasta colocarlas debajo de mis muslos, rozando mis glúteos.

—Sigues siendo tan hermosa.

No aguanto lo que siento por él, lo único que hago es pegar nuestras frentes y cierro mis ojos tratando de que mi cabeza no este jugando conmigo y que esto este pasando de verdad. Esto me demuestra que no importa cuanto tiempo pase, siempre voy a seguir amando a este hombre.

Más allá de un contrato de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora