Capítulo XVII

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Dafne

Intento voltearme, pero hay algo que no me permite que pueda girarme. Toco mi vientre y encuentro el brazo que esta aplastándome.

Trato de quitarlo, sin embargo, termina siendo un fracaso, ya que se aferra a mí. Escucho el gruñido que deja escapar cerca de mi oreja y desisto de la idea de quitarlo.

Estamos desnudos, fue una noche larga a pesar de que veníamos cansados de la noche de beneficencia. Estoy sobre su brazo mientras este acuna uno de mis senos, su erección está rozando mi espalda baja.

El calor me inunda y este hombre se aferra a mi como si fuera una almohada o algo parecido.

Alcanzo como puedo mi teléfono sintiendo la mano apretarse en mi seno haciendo que me remueva en mi lugar.

Mientras reviso lo que tengo pendiente y algunos mensajes, siento como coloca su cabeza sobre su hombro pegándome más a él como si eso fuera posible.

—Buenos días, pelinegra —murmura con su voz mañanera que hace que mi vientre bajo reaccione.

—Buenos días, gruñón —digo dejando el teléfono de lado.

—¿Qué estas viendo? ¿No es temprano? —baja su mano hasta mi entrepierna haciendo que la sensación de calidez llegue.

—Son las 7 de la mañana —digo apenas— tenemos que levantarnos. Tienes que ir al banco y yo a la constructora.

—¿Cuál es el chiste de ser el dueño y no aprovechar ese puesto? —deja besos en mi hombro haciendo que suelte pequeños jadeos.

—Deberías poner el ejemplo. Ya habíamos hablado de ello.

Llena de besos húmedos mi hombro hasta el cuello y me dejo llevar para saciar las ganas de este hombre, pero sé que por mucho que lo hagamos jamás me cansare de él.

Una vez que nos probamos, es difícil dejarnos.

Se coloca sobre mi sin poner todo el peso, sin dejar de tocar mi entrepierna que ya está húmeda, pero no es suficiente para el cuando veo que lleva sus dedos a su boca para llenarlos de saliva y regresar a mi intimidad.

Suelto un gemido cuando introduce dos de sus dedos.

Paso mi mano por toda la longitud de su miembro, repito el mismo movimiento haciendo que un gruñido salga de su boca que se encuentra entretenida con mis senos.

Acomodo mis piernas alrededor de él y moviendo su miembro sobre mi entrada húmeda, dejo que él entre de una sola estocada dejando que un gemido inunde la habitación.

Las estocadas son lentas, pero agresivas de tal modo que se cuando entra hace que el sonido de chapoteo se haga presente. Levando mi cadera en compas queriendo que todo de él entre, haciendo que las estocadas sean más fuertes y rápidas.

Los gemidos salen del fondo de mi garganta sin poder evitar que no emerjan.

Sin salir de mí, cambia de posición dejando que yo este encima mientras coloca sus manos en mi cadera apretando, se que va a quedar rojo de la fuerza que esta aplicando.

Brinco y hago movimientos circulas mientras estoy arriba, el placer me embriaga haciendo que quiera liberar mi placer, acerco mis manos acunando mis senos mientras los aprieto en el proceso.

Mi orgasmo llega haciendo que para estabilizarme coloque una mano en el pecho de Eric para no caer. Empuja sus caderas haciendo que la unión de nuestros cuerpos sea completa.

Siento su liquido dentro de mí, cuando lo miro su respiración es agitada y el sudor recorre su frente y sé que estoy igual.

Me atrae intentando besarme, me remuevo un poco aun con su miembro dentro.

Más allá de un contrato de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora