Capítulo XXXVI

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Antes de leer el capítulo debo de advertirles que tiene contenido sensible.




Año: Julio, 2021.

Ubicación: Cerca de Alkaim, Irak.

Dafne

¿Fue buena idea? No estoy segura, solo a mí se me ocurre venir a meterme a un país con conflictos políticos.

Parece que yo no aprendo.

¿Por qué pienso que dolor con dolor me dará felicidad?

El soldado nos guía a todos los que hemos venido, somos un grupo de 20 personas que se dividirá, escogí quedarme como profesora en el pequeño pueblo escondido donde hemos llegado.

Nos instalamos en una casa pequeña que comparto con tres chicas más, una de ellas enseñará a los niños más pequeños y dos de ellas estarán ayudando en campo.

Mi espacio se convierte solo en un colchón individual y unas mantas.

Arreglo el material que tengo a la mano para lo que voy a enseñar.

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Los niños son encantadores.

Darles un soplo de alegría cuando en las noches se escuchan los estruendos de las bombas, debo de decir que se siente que estoy haciendo algo bien.

Hubo noches que ni siquiera pude cerrar los ojos con el pensamiento de que quizá no los iba a volver abrir.

Pero cada que es de día es como si nunca hubiera pasado nada en la noche anterior, los niños llegan y ríen, disfrutan de aquello que enseño.

Curar heridas de primer grado es la responsabilidad que me toca enseñar, los enseño a como curar aquellas heridas por si solos y a los demás cuando sea necesario.

Que espero eso no pase, me encariñe bastante con estos pequeños. Me alegra el alma saber que cuando despierto tengo a niños esperando por mí en el pequeño salón de clases que adaptaron.

Solo son cuatro muros cubiertos con un techo de ropa vieja para cubrir del sol.

Quisiera que las condiciones del lugar fueran mejor, pero es lo que hay y nos adaptamos para sobrevivir.

Estoy siendo acorralada por dos pequeñas que saltan sobre mí. Son delgadas, puedo cargarlas a ambas. Me piden permiso para trenzar mi cabello y asiento.

Su inglés no es tan fluido, tienen el acento marcado, sin embargo, es entendible.

Quedo con las piernas cruzadas teniendo a las dos pequeñas sobre mi cabello.

Su felicidad hace que mi corazón rebobine a tiempos viejos.

Miriam la chica mexicana que vino de voluntaria, es atrapada por las pequeñas que están ahora sobre su cabello.

Odia las trenzas, pero hace excepción cuando las niñas quieren trenzar todo cabello que ven suelto.

Todo el tiempo que estuve aquí puedo jurar que había visto cosas muy fuertes, pero estaba demasiado equivocada.

La nube de felicidad de mujeres que hay, termina cuando el sonido de un explosivo derrumba parte de una cabaña y destruye otra por completo, el fuego comienza a emerger.

Más allá de un contrato de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora