Capítulo V

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Tres días antes...

Eric

Estuve intentando averiguar quién era ese abogado, hasta que me notificaron que es el abogado de la familia Collins. Pero si bien tiene razón Dafne es que su abogado se llama Tom y ha estado trabajando con ella desde antes de casarnos.

Como pude dudar de ella, si siempre fue amable conmigo, incluso en estos años de matrimonio cuando yo me comporté como todo un idiota.

Toco la puerta del estudio del señor Collins y cuando escucho el pase del otro lado, abro la puerta para enfrentarme a él.

—Que sorpresa, Harrington. —murmura dándome una sonrisa— No esperaba verte.

—Buenos días señor Collins, yo tampoco esperaba verlo. —digo en un tono brusco.

—¿A qué se debe tu visita?

—¿Cuánto tiempo más creyó que me iba a engañar con el contrato? —digo de manera brusca—, mentirme sobre que ella lo sabía le va a costar mucho, espero que lo sepa.

—Te creí inteligente, pero veo que te tomo más de tres años darte cuenta de ello, pero ya que estas aquí no quieras crucificarme solo a mí. Era un contrato que beneficiaba a ambas familias, tanto tu padre como yo nos beneficiábamos.

—Bueno, no le sirvió. Al final de día Dafne está pidiendo el divorcio.

—Una noticia lamentable o... ¿afortunada?

—Para usted supongo que lamentable, su familia no recibirá nada de la mía.

—Tienes razón, pero te recuerdo que uno de los anexos de ese contrato es que si ustedes llegan a separarse deben dejar un heredero.

—¿Tan siquiera le importa su hija?

—Dafne es demasiado grande para elegir sabiamente, supongo que los errores la enseñaron a saber que debe sacar de su vida.

—Es hipócrita de su parte pensar eso, cuando a sus espaldas la engaño, ¿lo sabe su familia? —pero puedo ver como se tensa, y ¡Bingo!

—Si, es hipócrita, pero no se puede tener todo a la vez, ella quería escoger una carrera que la hiciera feliz, escogió su carrera antes que poder casarse con quien ella quería. —dice mientras se levanta de su silla para ir al minibar que se encuentra del lado derecho— Pero para su mala suerte creyó que se casó con un hombre que la amaba y que podía darle todo lo que ella quería.

—Es un hijo de puta.

—Al igual que tú, que has tratado mal a Dafne en estos años de matrimonio y siéndole infiel con quien sabe cuántas mujeres. —dice mientras toma un trago— No quieras pintarte como solo una víctima en este juego.

No quiero negar ni afirmar nada de mi vida privada, menos diciéndole que durante este tiempo no le fui infiel a Dafne, que crea lo que le conviene.

—Soy víctima de su engaño, tanto del de mi padre como suyo.

—Lo eres, pero en vez de investigarlo desde un inicio, o ser diferente optaste por herir a la persona que te amaba, eso también es ser hijo de puta.

El enojo me inunda el cuerpo el pensar en que mi pelinegra fue engañada por su propia familia y tratada mal por la persona que ella ama.

Me levanto para contestarle, pero la puerta del estudio se abre dejándome ver al hijo mayor del matrimonio Collins que mira con rabia y decepción a su padre.

—¿Casaste a mi hermana con un imbécil por dinero? —dice alzando la voz, frunzo el ceño al referirse a mi como imbécil, pero lo dejo pasar al saber que no estaba enterado de la mierda que hace su padre.

Más allá de un contrato de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora