HANK
– Hank – entra Elsa a mi habitación.
– Mmm – respondo mirando al techo.
– Ayer quise dejar descansar a Kenneth por todo el agobio de estos días. Pero sé que tu tampoco estás bien. Esta noche te toca a ti.
– No es necesario.
– Siempre hemos confiado el uno en el otro – se sienta en mi cama - ¿Por qué no me cuentas lo que te pasa?
– Estoy bien.
– No, no lo estás – niega con la cabeza.
– Ayer estuve con vosotros. ¿Qué crees que significa eso? - la miro de reojo.
– Lo hiciste porque querías apoyar a Kenneth. Te conozco de sobra y sé que eres capaz de mostrarte bien ante el para quitarle un peso de encima. Pero a mi no me engañas.
– Solo tuve unos días difíciles. Nada más.
– Bien. Estaré para ti cuando creas conveniente.
Se va cabizbaja y me maldigo por dentro. No me gusta ver a mi hermana mal. Es lo que más odio del mundo.
Pero no sé como contarle esto que siento. No lo entendería. Y Kenneth si lo entendería, porque ha pasado por lo mismo recientemente. Pero por eso no quiero agobiarlo con algo nuevo. Él no lo ha hecho conmigo y yo no quiero ser egoísta y hacerlo con él.
Y más ahora que está mucho mejor desde que ha llegado Aylen. Porque a mi no me engaña, y solo te puedes apagar de esa manera por un motivo. Y ella ha sido su motivo.
De corazón pido que sea correspondido. Quiero verle feliz, y a ella también. Aunque lo exprese poco, estoy contento de que haya vuelto. Es un respiro para nosotros. Además de que me cae bastante bien.
Termino de hacer pesas en el gimnasio de casa, y bebo un sorbo de agua, agotado. No hay nada que me quite la sensación agria del pecho. Intento distraerme con alguna cosa, y no hay manera.
Pasé unos días encerrado en mi habitación porque pensé rendirme. No había nada que me subiese el ánimo. Ni siquiera mi hermana. No tenía fuerzas para ir al trabajo.
El vínculo te puede afectar de muchas maneras. Tristeza, dolor, rabia, enfado... justo las dos últimas son las mías.
Siento pena, una pena inmensa, pero mi forma de demostrarlo es con rabia. Y mucho enfado. Así que pasé días destrozando todo lo que estaba en mi camino para ver si de alguna manera me sentía mejor.
Me obligué a parar cuando vi a Elsa desesperada por mi culpa. Accedí a cenar ayer con ellos porque Kenneth me preocupaba de verdad. En cuanto lo vi junto a ella, supe que había mejorado. Aunque se le notase en la cara lo mal que había estado.
Y yo con cada palabra que decía, cada comentario que hacía, cada broma, cada sonrisa, me dolía un poco más. Porque no me puedo obligar a estar bien cuando mi cuerpo actúa en mi contra. Mi corazón no entiende todos los intentos que hago por mejorar. Le da igual, y con eso me arrastra.
Si tan solo estuviera a mi lado como lo Aylen de mi amigo... Pero si lo suyo es complicado que salga bien, lo mío es imposible.
– ¿Vamos? - mi hermana interrumpe mis pensamientos.
– ¿Ya? - frunzo el ceño.
– Te pasas todo el día en la cama – suelta un bufido – No tienes ni noción del tiempo. Sí, ya es la hora. Anochecerá en quince minutos.
– Ahora bajo.
Me sorprende que ella no se haya dado cuenta de lo que me pasa. O si lo sabe, y se hace la tonta. No lo tengo claro.
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KHAIDAL [+18] [TERMINADA]
RomanceElla es una chica aparentemente normal. Viviendo con su compañero de piso, estudiando en la Universidad, disfrutando con su novio... Pero la vida le cambia de un día para otro cuando encuentra un mundo paralelo al suyo. Uno, que, supuestamente, tam...