KHAIDAL [+18] [TERMINADA]

👸🏻 CAPÍTULO 24 👸🏻

AYLEN

Mi relación con Kenneth es dar un paso hacia delante y cinco hacia atrás. Cada vez que mejora la cosa, me entero de un secreto nuevo, y así no puedo. Es imposible confiar en él.

Quiero hacerlo, de verdad que sí, pero me lo pone muy difícil. Se pone a la defensiva y no suelta información. No quiero obligarlo a que me cuente algo sino quiere, pero entonces no me puede pedir que mantengamos una relación y avancemos.

Para mí la confianza es la base si queremos llegar a ser algo, y dudo que para él tenga tenga el mismo significado.

Hoy he vuelto a mi vida y no he sabido nada de él desde ayer. Por decisión mía, claro.

Me ha llamado esta mañana insistiendo en que me llevara él al bosque, como siempre. Pero no quería verlo. No porque no sabía cual iba a ser mi reacción.

Y cada vez que tenemos enfrentamientos, me rompo un poco más. Prefiero evitarlo. Y estar bien lo tenía automáticamente descartado.

Antes hubiera pensado en la indiferencia. Podría haberlo visto y hacer como si nada, pero no puedo. Mis gestos me delatan. No quiero que se sienta mal, más bien lo hago por él. Ya me he dado cuenta de que alguna manera u otra le afectan nuestras discusiones.

Seguiré viniendo, como hasta ahora, pero por lo menos tengo el día de hoy para pensar como voy a enfrentarme.

Quiero ver algún gesto de su parte. Que me demuestre que está tan volcado como yo. No quiero pensar que solo sea por casarse conmigo, pero a veces me da la sensación de que sí.

A nadie le comenté nada de lo que había pasado. Ni siquiera a las niñas que pasé la noche con ellas. No quería seguir pensando y estar mal, así que solo me relajé y me dediqué a distraerme con ellas, hasta dormirnos. Todas menos Elsa, que se quedó toda la noche vigilando. Pobre, ofrecí quedarme con ella, pero se negó rotundamente. Dijo que era su deber.

Ahora mismo estamos dejando a Sophia en su casa. Cuando la vemos entrar por la puerta, Adam arranca de nuevo y se gira con el ceño fruncido.

– ¿Qué pasa?

– ¿Qué pasa de qué? - lo miro con el ceño fruncido.

– Venga. A mi no me lo puedes ocultar. Estás igual de callada y rara que Kenneth anoche. ¿Peleásteis?

– No – niego segura.

Tengo la esperanza de que pueda mejorar, así que prefiero evitar que alguien se vuelque en nuestra relación. Espero que pronto pueda solucionarse.

– No me mientas – me señala indignado.

– Es verdad.

– Ya. ¿Entonces que te pasa?

Y justo, tengo la excusa perfecta. O no tan excusa, porque también me preocupa.

– He quedado con Paul en una hora.

– Oh – se lleva una mano a la frente.

– Si, oh – lo imito.

– ¿Vas a dar el paso?

– Es lo que quiero – admito.

– Va a salir bien, ya verás. Tu felicidad va primero.

– Solo espero que no me lo haga difícil – suspiro.

– Si eso pasa, le das un buen puñetazo.

– No soy tú – enarco una ceja.

– Deberías serlo en momentos así. No dejes que te falte el respeto Aylen. No puede pasar por encima de ti, eres mucho más.