KHAIDAL [+18] [TERMINADA]

👸🏻 CAPÍTULO 20 👸🏻

AYLEN

– ¿Quieres que nos vayamos?

Me muerdo el labio inferior algo indecisa, pero termino negando con la cabeza.

– ¿Seguro? No quiero que estés mal. Y no me importa que pasemos el fin de semana en casa – asegura Adam.

Vuelvo a negar.

No he podido hablar con él hasta ahora por la mañana. Ayer llegó tarde a la habitación y yo ya me había dormido después de haber llorado lo más grande.

Supongo que estuvo con Hank, pero todavía no he tenido tiempo de preguntar. Lo haré cuando pueda dejar de pensar un poco en este asunto.

– Lo tengo decidido – lo miro – Si me voy, le estaré dando el gusto de verme mal. No quiero eso. Quiero que se de cuenta de que no me afecta su presencia, ni para bien ni para mal.

Mentira, estoy destrozada. Pero no tiene por qué saberlo. A no ser que me lea el pensamiento claro. Aún así, intentaré mantenerlo lo más al fondo de mi.

– La indiferencia es lo que mas duele – asiente.

– Efectivamente.

Otro motivo más para quedarme es Adam. Sé que no se lo pensaría dos veces si le digo de irme, pero por fin lo estoy viendo disfrutar aquí.

Bueno, no hemos hecho gran cosa teniendo en cuenta que nos acabamos de levantar, pero ya se lo puedo notar.

Lo que pasara anoche con Hank, ha cambiado radicalmente en su persona. Se ha levantado sonriente, con ganas. Y quiero que pueda aprovechar estos días al máximo.

No me voy a comportar como una egoísta y voy a intentar ser madura, de una vez por todas.

– Cómo a mi me haya leído lo voy a matar – gruñe.

– No quiero que cambies tu relación con él. Actúa como te salga – digo sincera.

– No voy a parar de pensar que es un rey de mierda. A ver si así se le quitan las ganas de usar su poder – se ríe.

– Como quieras – me río también.

Se mete en el baño y empiezo a cambiarme.

Quiero estar concentrada y actuar como si nada. No quiero que piense que me afecta su traición. Ni que crea que soy tan tonta de volver a confiar. No sé si podré llegar a hacerlo alguna vez. Si eso pasa, será cuando haya demostrado todo lo contrario a lo que ha venido haciendo hasta ahora.

Unos toques en la puerta me hacen levantar la mirada. No quiero que sea él.

– Me estoy cambiando – digo.

– Soy yo – habla Elsa.

– Pasa.

Me subo rápido el pantalón y entra cerrando la puerta a su espalda.

– Buenos días – sonríe.

Respondo su saludo mientras empiezo a hacer la cama.

– Kenneth me ha contado lo que pasó anoche.

Respiro hondo y me giro para mirarla.

– Si vienes a convencerme de que lo perdone, pierdes el tiempo.

– No vengo a eso. Haces bien enfadándote. No debería haber hecho eso.

– Ah.

Me quedo confundida. Me esperaba miles de excusas por su parte también.

– Solo he venido a decirte dos cosas.

– Dime.

Se acerca y me acaricia la cara tiernamente. No podría enfadarme con Elsa. Me cae de maravilla.