KHAIDAL [+18] [TERMINADA]

👸🏻 CAPÍTULO 37 👸🏻

AYLEN

Ayer me encerré en mi habitación y no volví a salir. No sé si Kenneth salió de la suya, pero no quería seguir viendo la mirada de dolor que me había echado.

No sé si me lo merezco, puede que sí, pero sigo sin creerlo. Que raro que con su edad no haya tenido novia antes.

Me da rabia que no me cuente las cosas tal y como son. Así lo único que va a conseguir es que cada uno vayamos por su lado. Estoy dolida, furiosa, apenada, todo a la vez. No sé que es lo que siento.

Resoplo cuando escucho el timbre y nadie abre. Estoy sola de nuevo. Sé que Adam está en casa de los mellizos y Daisy en su casa nueva con Soph, pero Kenneth no sé donde está. Siempre me avisa cuando sale, menos hoy. Supongo que seguirá enfadado.

Cuando abro, siento sorpresa.

– ¿Cómo estás? - sonríe Dustin.

– Bien – lo imito - ¿Quieres pasar?

– No tengo mucho tiempo, solo pasaba a verte.

– No hay nadie – insisto señalando hacia el interior.

– Me están esperando – pone cara de culpabilidad – Me sentí mal dejándote de esa manera el otro día. Quería asegurarme de que siguieras aquí.

– No estamos bien – admito mirando hacia abajo.

– Ni lo estarás – me alza la barbilla para que lo mire – Kenneth no es buena persona. Si sigues con él, te seguirá mintiendo y ocultado cosas.

– C-creo que llevas razón – asiento.

– No me gusta verte así... ¿Quieres un abrazo?

Asiento y dejo que me envuelva entre sus brazos.

Creo que me equivoqué de hermano. Dustin es todo lo que estoy pidiendo. Sinceridad y cariño.

Gracias a él me he enterado de cosas que no tendría ni idea por parte de Kenneth. Además, ahora que me doy cuenta... es bastante atractivo. Podría ser mi prototipo. Rubio, alto y ojos azules. Menos bajo que Kenneth y el pelo más corto, pero no está nada mal.

Me separo de él un poco más reconfortada y me acaricia la mejilla con suavidad.

– Si crees que no vais a tener futuro... podrías venir conmigo cuando quisieras. Conmigo jamás te faltará de nada.

– Me lo pensaré – soy sincera.

– Pero antes...

Se acerca hasta que tan solo unos milímetros nos separan. Apoya sus manos a ambos lados de mi cara y presiona nuestras frentes.

– ¿Puedo besarte? - susurra.

Me mira con tanta intensidad a los ojos que se me hace imposible decirle que no. Quizás también quiera un poco...

Asiento con una sonrisa y pongo las manos sobre su nuca. Estoy a punto de tocar sus labios cuando se echa hacia atrás bruscamente.

Abro los ojos desorientada y lo veo en el suelo con Kenneth y Elsa a cada lado.

– ¡¿Qué mierda hacéis?! - les grito.

– Yo me encargo – le dice Elsa.

– ¿De qué? - voy rápidamente hacia ella.

– Entra, Aylen – me coge del brazo Kenneth.

– ¡No! - le grito – No le vas a hacer nada. Es la única persona buena que hay aquí. Ni siquiera tú – señalo con rabia a Elsa.