KHAIDAL [+18] [TERMINADA]

🤴🏼 CAPÍTULO 15 🤴🏼

KENNETH

Como movía su boca sobre la mía.
Como me agarraba del pelo.
Como gimió mi nombre.
Como le latía el corazón con fuerza.

Como disfruté.
Como la saboreé todo lo que pude.
Como la aferré a mi cuando pensé que se iría.

Y como lloré cuando se fue de verdad.

Porque si, se bajó de mi cuerpo temblorosa y se fue sin mirar atrás. Ni una palabra, ni una mirada. Nada. Y ahí fue cuando me di cuenta de la realidad.
De que nada de esto es una mentira y que estaba realmente jodido.

Porque quise aferrarla con todas mis fuerzas y no sirvió.

Porque me sentí feliz después de mucho tiempo. Porque me hizo olvidar el verdadero motivo por el que nos conocimos.

Porque no pensé en nada ni en nadie, solo en ella y en mi. En nosotros. En en el futuro.

No volví a verla. Esta mañana se ha encargado de irse ella sola en cuando ha amanecido.

No soy capaz de escribirle. Tampoco sé como me voy a enfrentar esta tarde a ella.

No necesito explicaciones de porqué huyo. Ya las sé y me escuece el corazón cada vez que el pensamiento me bombardea la cabeza, que es a todas horas.

No tengo derecho a pedirle nada, no cuando sé como es su vida fuera de aquí.

Sabía las consecuencias que tendría al besarla, y no me importó.

Porque ella vale la pena, y prefiero sentirme devastado a no haberme lanzado.

Porque no aguanté. Desde que se acercó de esa manera en el entrenamiento, no me la quité de la cabeza. Tuve que huir yo también para no hacerla mía en ese momento.

Porque por más que me duela, la realidad es que no es mía de verdad. Y me asusta sentirme así.

Cada noche mueren decenas de personas, y no sufro de la misma manera.

Cada poco tiempo tengo enfrentamientos con mi hermano, y no me duele ni la mitad.

A cada minuto, tengo que aguantar las palabras de mis amigos pidiendo que acabe con esto de una vez por todas, y no le presto casi atención.

Cada día, se me echa el tiempo encima, y no me importa. No me importa que ella no tome una decisión, si con eso voy a poder seguir viéndola. Prefiero que se adapte toda una vida a mi sin dar el paso a que lo haga y la decisión sea negativa.

Estoy perdido en ella, y soy consciente. La fuerza que siento en mi interior cuando se trata de ella, es incomparable. No hay nada que me haga sentir así. Más bien, no hay nadie.

He ocupado mi parte del corazón que estaba vacía con ella. Y ya alejarme no sirve de nada, será así por siempre.

Nunca he pedido ayuda. Jamás me he mostrado vulnerable o roto. Siempre me cierro en cuanto a sentimientos.

Pero ahora, he tocado fondo. Y aunque no me guste la idea de exponerme, no veo otra manera de manejar el dolor. Así que respiro hondo, y llamo al timbre de la casa de los mellizos.

– ¡Kenneth! - sonríe eufórica cuando abre.

– ¿Puedo pasar? - pregunto con el corazón en un puño.

– ¿Desde cuando pedimos nosotros permiso?

Pone los ojos en blanco y se adentra al interior. La sigo y me dejo caer en el sofá.

– Llegas en el mejor momento – aplaude – acabo de terminar de hacer galletas. Me han salido riquísimas, tienes que probarlas para darle el visto bueno. Algunas llevan más chocolate de la cuenta. Me dijiste que a Aylen le gustaba demasiado, ¿no? Bueno, sé que no te agrada mucho el dulce, pero puedes coger alguna que no tenga tanto...