KHAIDAL [+18] [TERMINADA]

👸🏻 CAPÍTULO 14 👸🏻

AYLEN

– ¿No hay nada que pueda hacer para convencerte?

Niega con la cabeza y sigue centrado en los apuntes. O no tan centrado.

Desde que hemos vuelto esta mañana, apenas he cruzado palabra con él. Lo noto ausente y sobretodo, distraído, pensativo.

Es normal, después de lo que pasó. Esa paliza mutua que se dieron no puede ser nada agradable.

No he podido hablar mucho con él. Anoche cuando llegué a la habitación, ya estaba dormido. O eso me hizo creer, no lo sé bien. Y hoy no ha articulado más de dos palabras seguidas.

– ¿Estarás bien? - vuelvo a preguntar preocupada.

– ¿Dónde iba a estar mejor? - suelta una risa amarga sin mirarme.

– Conmigo – digo esperanzada.

– Estudiaré, cenaré y me acostaré – me mira por fin – Claro que estaré bien.

– Bien – suelto un suspiro de derrota.

Me despido con la mano y me encamino hacia Khaidal.

Bueno, algo con Adam si que he hablado. Me ha dicho que él también escuchó como le hablaba Hank, sin pronunciar palabra. Y me hace replantearme muchas cosas.

¿Será de verdad que son especiales?

¿Es posible que se comuniquen por telepatía?

No sé que probabilidad hay de que sea cierto. Igualmente, terminaré sabiéndolo tarde o temprano. Además, no hay otro motivo por el que puedan hacer eso.

Hoy vengo algo más tranquila, solo por el hecho de que mi novio estaba ocupado. No podía quedar y no he sido yo quien haya puesto la excusa esta vez. Agradezco a ese profesor suyo que lo ha bombardeado a apuntes. Ya no soy la única que dice que no.

– Hola – saludo llegando al coche.

– Hola – me mira de reojo.

– ¿Qué planes hay para hoy? - pregunto bromista.

– ¿No has convencido a Adam? - pasa de mi.

– No – suspiro.

– Pensé que no hablaba en serio.

– Yo también – admito.

– Y que hoy iba a estar más tranquilo y pasaría del tema.

– Pues ya ves que no – me cruzo de brazos.

– A veces Hank es difícil – lo excusa.

– No, si ya – digo obvia.

– En fin – mueve la mano – ayer no pudimos, pero hoy si tienes que dar la primera clase de entrenamiento.

– No quiero acabar como mi amigo – advierto.

– ¿Crees que sería capaz de hacerte daño? - me mira con mala cara.

– No sé – en realidad, sé que no.

Suelta un bufido y sigue conduciendo hasta llegar a casa.

Ayer cuando fuimos a comprar pude saber un poco más de ellos. Habló conmigo porque yo le pregunté, claro. Sino se me habría secado la lengua de no utilizarla.

Me enteré de que los hermanos, son mellizos. Cosa que tenía que haber supuesto y no por parecido, si no por diferencia de edad. Es decir, que no he visto ninguna. También sé que llevan el negocio que sus padres le dejaron. Es la biblioteca más antigua y grande de toda la ciudad. Me prometí ir algún día. A veces me gusta leer y las bibliotecas son espacios que me dan mucha paz y tranquilidad.