SOPHIA
Miro la bicicleta a mi lado casi destrozada. Mierda, no tendría que haberme hecho tanto daño. Mis manos están llenas de sangre y suciedad y el frío me está calando los huesos.
– ¿Estás bien?
Pego un respingo del susto y me levanto poco a poco para quedar de frente con la humilde persona que se ha preocupado por mi.
– Parece que no es mi mejor día – hago una mueca con la boca.
– ¿Sales con la bicicleta un día así?
No es de ser muy listo. Anoche nevó y ahora hay nieve en la carretera, incluso hielo en algunas zonas. Y por el cielo, tiene pinta de que va a volver a nevar.
– Necesitaba pasear y desconectar – me excuso.
– Te has... - se aclara la garganta – Te has roto el pantalón.
Hay un agujero en cada una de mis rodillas. Si, al final ha sido una caída dura.
– Tengo que volver a casa antes de que sea peor – señalo el ambiente.
– Sino me equivoco, eres humana ¿verdad? - se acerca un poco más.
– Si, claro que si.
– Entonces... debes venir con Aylen – inclina la cabeza a un lado observándome.
– Eh...si, mas o menos. Cuando estoy aquí me quedo en su casa. ¿De qué la conoces? - frunzo el ceño.
– ¿No sabes quien soy?
– Pues... - lo observo detenidamente – Me temo que no.
– No mientas rubita – se ríe – Dime que sabes.
Su mirada es tan penetrante que podría ponerme nerviosa, pero estoy acostumbrada a esto.
– De ti nada – lo miro a los ojos – de la ciudad, casi todo.
Parece que se relaja un poco y me ofrece su mano.
– Entonces tendremos que presentarnos – sonríe – soy Dustin.
– Sophia – sonrío también.
– No puedo dejar que vayas así a casa – me señala.
– Oh, no pasa nada – niego.
– Te puedo curar y luego llevarte. Creo que tu bicicleta no está en buen estado – se ríe un poco.
– Da gusto conocer a gente tan amable – sonrío agradecida.
– Ven, sígueme.
Vuelve a ofrecer su mano y la cojo. Nos adentramos a su casa y me lleva a su habitación.
– Esperame aquí, voy a por el botiquín.
Asiento con una sonrisa y espero a que venga. Mientras tanto, localizo el escritorio y los cajones que me dijo Aylen. Miro por encima y no veo ninguna llave. La única solución que hemos encontrado es que la lleve encima. Por eso estoy aquí. Nada es casualidad.
Le sonrío de nuevo cuando entra y apoyo mi cintura en el escritorio. Le muestro mis manos y empieza a pasar un algodón con alcohol por encima.
– ¿Vives solo? - rompo el silencio.
– Si. Era la casa de mi padre pero ahora es mía. Kenneth vive fuera.
– ¿Kenneth? - frunzo el ceño.
– Mi hermano.
– Ah... - balbuceo – No lo sabía.
– ¿Nunca te ha dicho que tiene un hermano?
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KHAIDAL [+18] [TERMINADA]
RomanceElla es una chica aparentemente normal. Viviendo con su compañero de piso, estudiando en la Universidad, disfrutando con su novio... Pero la vida le cambia de un día para otro cuando encuentra un mundo paralelo al suyo. Uno, que, supuestamente, tam...