AYLEN
Llevo cuatro días encerrada en mi habitación. Los profesores se han puesto las pilas en mandar los últimos trabajos del trimestre y me han venido todos de golpe. La semana que viene empezamos con los exámenes y debería tener todo terminado y estudiado. Debería haber empezado antes, o no entretenerme tanto. Ahora no doy a basto y se me va a escapar la cabeza de tantas cosas que tengo.
Tampoco he visto a Kenneth desde que volvimos del hotel. Esa tarde me puse a tope y si quiero ser responsable, sabía que no podía ir para no perder tiempo. Estoy deseando verlo y saber como está funcionando la ciudad ahora con nuestro matrimonio. No me ha querido contar nada todavía, prefiere hacerlo cuando vaya a verlo o él pueda venir a petición mía.
Estoy bastante nerviosa y también tengo un poco de miedo, no lo veo excesivamente contento y es como debería estar si todo ha terminado.
Adam tampoco ha ido estos días porque está como yo, así que ninguno sabemos nada.
Las veces que hablamos por teléfono es para preguntarnos como estamos y para sacarme un poco de los estudios. Se preocupa mucho por mi bienestar y no hace más que animarme. Él es el primero que no quiere que vaya hasta que ponga todo en orden. No quiere que me distraiga y no avance con mis cosas. Tengo que quererlo. Es la persona más buena que he conocido.
Después de tantas horas, necesito un respiro. Necesito verlo, aunque sea cinco minutos. Desconectar un momento y volver con más fuerzas.
Marco su número, pero no lo coge. A la segunda vez tampoco. No me preocupo, estará ocupado.
Elsa si lo coge y confirma que viene a recogerme. No pierdo más tiempo, cojo el chaquetón y llego a Khaidal. Estamos a tres semanas de navidad y ya sí que se nota el frío. Me encojo bien dentro de la ropa y veo al fondo el coche de Elsa. Tiene ojeras y no tiene la sonrisa radiante de siempre.
– ¿Estás bien? - frunzo el ceño cuando llego.
Asiente imperceptiblemente y me extraño más todavía. No lo parece para nada. Me monto en el coche y arranca sin mirarme siquiera.
– Somos amigas, puedes contarme lo que te preocupa – acaricio su pierna.
– Solo estoy cansada – se toca la frente como si doliera.
– ¿Ha pasado algo? Creo que Kenneth no está muy bien tampoco – admito.
– Prefiero que hables con él. Tranquila, por mi parte está todo bien contigo – sonríe un poco.
Sus palabras me alivian y a la vez no. No sé que está pasando. Ya tengo los nervios a flor de piel.
– ¿No entras? - pregunto cuando no apaga el motor.
– Hank me espera en casa. Hablamos después.
– Vale, adiós – me despido confusa.
Cojo la llave y abro la puerta. Todo está en silencio. Tampoco parece que Daisy esté por aquí. Todo es extraño. Se comportan como si realmente hubiese un problema. Y sí, creo que lo hay.
– ¿Kenneth? - lo llamo en voz alta.
La puerta de su despacho se abre rápido y viene hacia mi. Me abraza con fuerza y sonrío contra su pecho.
– ¿Por qué estas aquí? - me coge de las mejillas - ¿Estás bien? ¿Te ha pasado algo?
– No, no – respondo rápido – Solo quería verte un rato, para despejarme.
– No quiero que te retrases en tus cosas por mi culpa.
– Tranquilo, necesitaba un respiro de todas maneras. Iba hacerlo aquí o allí.
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KHAIDAL [+18] [TERMINADA]
RomanceElla es una chica aparentemente normal. Viviendo con su compañero de piso, estudiando en la Universidad, disfrutando con su novio... Pero la vida le cambia de un día para otro cuando encuentra un mundo paralelo al suyo. Uno, que, supuestamente, tam...