Katie Chan JaryAcabando de terminar un concierto larguísimo, todos mis huesos dolían, sin mencionar que no podía casi ni hablar por haber alzado tanto la voz en el escenario. Era media noche y aún no podía escapar de la gran multitud de fans que me rodeó luego de haber terminado la última canción; me pedían autógrafos —tanto en cuadernos como en camisetas, o incluso en sus espaldas—. No me quedaba más remedio que irme de allí con Estella, mi mánager, detrás de mí pidiéndole a los paparazzis que dejaran de grabar, pues ellos nunca bajaban la cámara a no ser que se los ordenara un policía y, ¿quién mejor que mi amiga para hacer ese papel?
Una vez que ambas conseguimos entrar a la limusina que me llevaría a casa, ella empezó a contarme una idea suya, pero no conseguí entender casi nada de lo que me decía.
—Sorteo... casa... —fue lo único que alcancé a escuchar.
Me dolía mucho la cabeza a causa del escandaloso ruido que había en el concierto, por eso no le presté atención.
—Has lo que quieras —la interrumpí mientras hablaba para que me dejara en paz.
Todo sin saber que esas palabras definirían el resto de mi vida...
...
Una vez en mi mansión, no dudé mi un segundo en dirigirme al baño para pulir mi cuerpo del sudor y suciedad. Disfruté del agua caliente que descendía hacia mi piel y me enjaboné completamente hasta quedar limpia, luego me enjuagué y salí de la ducha. Tras secarme, me envolví en una pequeña toalla y caminé con cansancio hacia mi habitación, en donde me puse el primer pijama que encontré antes de tirarme a la cama y caer dormida.
A la mañana siguiente, estuve descansando prácticamente todo el tiempo, así que el resto del día transcurrió de manera tranquila. Cayó la noche así que me acosté a dormir, pero luego de diez horas mi teléfono vibró, provocando que me levantara de un salto.
—Diga.
—Señorita Katie, ¿qué opina usted acerca del sorteo de amor que ha organizado?
—¿Qué? —le pregunté, sentándome a piernas cruzadas sobre el colchón y acariciando mis párpados, — ¿Un sorteo? ¿De qué me está hablando?
La mujer que estaba al otro lado del teléfono debía ser una paparazzi. ¿Cómo lo sé? Digamos que estoy acostumbrada a escuchar la voz de los periodistas. Parece que ellos no tienen vida personal porque a cada instante están buscando chismes nuevos.
—¿Cómo dice? Señorita Katie, ¿está usted bien de la cabeza?
Simplemente colgué. Desbloquee mi teléfono y revisé las noticias. Ella tenía razón, habían creado a mis espaldas un concurso, y el que ganara vendría a vivir conmigo tres días a partir de mañana.
Apreté mi mandíbula con furia; esto debía ser cosa de Estella.
Me apresuré en arreglarme para salir. Cuando estaba lista, bajé a la sala de estar de la mansión. Encontré a Adam tomándose su café mañanero —el que tanto le gusta—. No quería interrumpir su desayuno pero en serio tenía prisa, así que le pedí, con mucha cortesía, que me llevara a la oficina de trabajo de mi mánager. En realidad, se supone que este hombre es mi chófer por lo que llevarme a donde yo le pida —a cualquier hora— es su trabajo, pero aún así me gusta hablarle con respeto ya que él es un poco mayor y ha trabajado para mí y para mí madre desde hace algunos años.
Con gusto aceptó, por lo que desayuné lo más rápido que pude y me subí al lujoso auto. Cuando la limusina se estacionó frente al gran edificio de más de cincuenta pisos, mi chófer me abrió la puerta y salí del vehículo mediante esta.
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UNIQUE LOVE✔ (#1SAGA: PRIMEROS AMORES)
Teen Fiction🔥🔥🔥 Cuando somos pequeños lo único que nos importa es jugar, jugar, y jugar. Pero a medida que vamos creciendo nos preocupan cosas más importantes, entre ellas, el amor. Muchas personas creen que este sentimiento tan hermoso, y algunas veces do...