Katie Chan JaryVí a Estella recostada en el marco de la puerta mientras que yo me dirigía hacia ella, una sonrisa pícara se dibujó en sus labios al verme.
—¿Cómo estás?
Mi ceño fruncido fue la expresión de confusión en mi rostro.
—¿A qué te refieres?
Ella rió entre dientes, —A eso —señaló mi pijama. Giré los ojos a lo que ella volvió a reír.
—Siempre vienes cuando menos te necesitan, ¿sabías?
No le hizo gracia.
—No me importa. Mientras que tú te escapabas del trabajo yo estaba tratando encubrir tu fuga. Me pasé la noche entera hablando con la prensa para que no publicaran nada absurdo de tí. Cuida tus palabras porque esta que está aquí —se apuntó a sí misma— no ha dormido nada desde hace más de veinte horas. Eres una desagradecida.
Por muy irritante que fuera aceptarlo, lo era. Todo eso era cierto, Estella era una persona muy trabajadora desde su niñez, y yo nunca la he valorado, será por eso que no nos llevamos muy bien algunas veces. Suspiré para empezar con una disculpa antes que nada.
—Lo siento. Tienes razón, pero tú sabías que estaba muy enferma, casi ni podía caminar, ¡¿cómo rayos iba a cantar?!
—Tus excusas tienen cierto sentido, lo admito, —me respondió, cruzándose de brazos— pero que no volvieras a aparecer durante tanto tiempo no me ayudó en nada.
Baje la cabeza, muy avergonzada. Ella apoyó una mano en mi hombro y me dedico una mirada.
—Volvamos a casa.
Asentí. Giré sobre mis pies y entré al apartamento. No habían señales de nadie. Dando pasos contados, entré a la habitación de Lia y cogí mi traje, por suerte no había nadie dentro. La rubia debía estar en otro lugar, ahora que recuerdo ella estaba en la cocina lavando los platos.
Apenas salí y cerré la puerta detrás de mí, mis ojos quedaron atrapados con los de mi chico. Él acababa de salir de su cuarto, al igual que yo. Estoy segura de que el silencio entre nosotros era por el traje que yo vestía, el cual daba la señal de mi despedida.
—¿Qué esperas? —me preguntó, en una voz apagada.
Me encogí de hombros, —No lo sé.
¿Nunca han sentido cómo que se les quema la garganta a causa del dolor emocional? Eso es lo que me pasaba ahora. Quería desaparecer, que me tragara la tierra.
Kim inhaló y exhaló aire por la nariz y me tomó de las manos, con un cierto toque de timidez.
—¿Me quieres?
Se me trancó la garganta aún más.
—No, Kim... Te amo, que es muy diferente.
—¿De verdad?
Tras responderle que sí, él me sujetó la barbilla con su mano, volviéndose ciertamente atrevido.
—Quería preguntarte si tienes libre la tarde del viernes.
Al instante alcé la mirada, un poco sonrojada, —Sí
—Dame tu número para concordar la hora —me pidió, empezando a buscar su célular en algún rincón del apartamento.
Cuando lo encontró, tragué grueso y le dicté mi contacto para que después él me llamara y poder guardar el suyo.
...
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UNIQUE LOVE✔ (#1SAGA: PRIMEROS AMORES)
Teen Fiction🔥🔥🔥 Cuando somos pequeños lo único que nos importa es jugar, jugar, y jugar. Pero a medida que vamos creciendo nos preocupan cosas más importantes, entre ellas, el amor. Muchas personas creen que este sentimiento tan hermoso, y algunas veces do...