🌊•Capítulo 8•🔥

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Katie Chan Jary

Estaba ahogada en mi propio llanto, casi hiperventilando. Traté de calmarme mirando hacia arriba para bloquearle el paso a las lágrimas, pero sólo conseguí cerrar los ojos en busca de una solución. Unos segundos después, miré a mi alrededor y...

¡El Jeep!

Para mi sorpresa ya habíamos llegado al lugar en el que dejamos nuestro vehículo. Una sonrisa llena de esperanza invadió mi rostro. Rápidamente traté de cargar en mi espalda a Kim, pero luego de varios intentos, no pude.

Debes apresurate si no quieres que llegue aquel animal y los devore a los dos «me animé a mí misma.

Suspiré, me sequé el sudor de la frente y continué. Cuando ya tenía al cuerpo de Kim en mi espalda, caminé en pasos lentos y largos hasta el asiento trasero del Jeep, y ahí lo dejé con mucho cuidado. Mientras trataba de ponerlo algo cómodo me fijé en que la herida de su cabeza sangraba aún. El tiempo se acababa.

Me subí al asiento del piloto del auto, giré las llaves esperando sentir el ruido del motor, pero no pasó. No encendía. Lo volví a intentar. Nada.

Miré por encima de la puerta, no habían señales de cocodrilos u otros animales en el perímetro. Abrí la puerta sin hacer ruido, bajé del auto para luego intentar revisar los motores.

¿Qué estoy haciendo? No sé nada de vehículos. Creo que veo demasiadas películas «pensé.

Puse mis manos en mi cintura, tras un suspiro de agobio me incliné hacia delante, aún con las manos en la cintura para examinar mejor. Todo parecía estar bien ante mis ojos. Algo que llamó mi atención fue que habían dos cables, uno rojo y otro amarillo, que estaban cortados. Eso debía ser normal. ¿Quién más iba a cortar unos cables? Aquí no había nadie más que Kim y yo.
Cerré el capó y me puse a pensar, debía haber una razón por la cual este traste no arrancaba. Recordé que nunca nos habíamos parado a llenar el tanque de combustible.

¡Rayos!

Decidí salir a la carretera yo misma para ver si alguien paraba y nos ayudaba.

...

Fueron algunos metros de caminata pero aún así no me rendí. Tardé un poco en regresar con un señor que me había dicho que nos iba a ayudar.
Cuando el señor —un hombre de cincuenta y tantos años, con el cabello negro bañado en canas— y yo llegamos lo primero que hicimos fue llenar el tanque del Jeep, pues este hombre trajo consigo algo de combustible de su camioneta. Cuando el motor encendió me tranquilicé por completo, le agradecí al hombre tan amable por toda su ayuda. Conduje hasta la carretera y cuando llegué a esta, me encargué de dejarlo al lado de su camioneta. Tras haberle agradecido alrededor de cien veces me encargué de conducir de regreso a casa.

Una hora después, me despedí de la doctora que llamé para que revisara la cabeza de Kim, y ella salió por la puerta principal. Gracias a Dios esta me dijo que él iba a mejorar pronto, solo necesitaba ser bien cuidado y descansar. También me había entregado algunos medicamentos para que se los diera antes de dormir, y mañana estaría mucho mejor.

Me senté en el sofá de la sala de estar para encender la tele y descansar un momento, pero apareció mi drama favorito por lo cual ese momento se convirtió en casi una hora.

Tenía la mirada atenta al televisor, este episodio de la novela estaba fuerte. La protagonista, Ada, acababa de rechazar la propuesta de matrimonio de Bora, el otro protagonista. Él estaba destrozado, su corazón se había hecho pedazos. Ada dio media vuelta y se fue con los ojos cristalinos de la casa en donde estaban. La razón por la que ella le decía que no al amor de su vida era porque Tuché, una de las actrices, la había amenazado con contarle a Bora acerca del primer amor de Ada, algo que ella había mantenido en secreto durante toda su estancia en la empresa de Bora.

UNIQUE LOVE✔ (#1SAGA: PRIMEROS AMORES) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora