Katie Chan JaryÉl pasó su dedo índice por el merengue del dulce y manchó mi nariz con este. Se rió a carcajadas cuando vio mi cara de furia.
—Solo estaba jugando —se disculpó tratando de calmar la risa, pero se notaba por sus mejillas, las cuales estaban infladas—. No te enfades, ¿sí?
Lo único que se me ocurrió hacer fue girar los ojos. Él limpió con su mano el merengue de mi nariz haciendo que un tono rosa empezara a colorar mis mejillas. Me reí un poco y él también. Lo ayudé a llevar el desayuno a la mesa y nos sentamos a comer.
Terminé mi plato y puse el de Kim encima del mío para luego llevarlos a la cocina; él llevó las tazas. Cuando ambos dejamos todo en el fregadero nos miramos fijamente para decidir quién los lavaría.
—¡Yo no!
—¡Yo menos!
Se me salió la risa. Traté de aguantarla pero no podía, tan sólo mirarlo hacía que reventara en carcajadas. Tras un suspiro, normalicé mi voz.
—¿Y si dejamos que el lavavajillas lo haga? —recordé que mi cocina tenía uno de esos.
—Mejor para mí —me dijo antes de ponerse de rodillas y empezar a ubicar los trastes en el lavavajillas.
Se veía muy tierno cuando estaba ocupado. Una sonrisita inconsciente se formó en mi rostro sin darme cuenta.
Se puso de pie y quedó frente a mí. Nuestras miradas se cruzaron.—¿Y ahora qué?
Fingí pensar por un momento, tuve una idea tan rápida que hasta a mí me sorprendió, —Puedes enseñarme a cocinar. Ahora sí tenemos tiempo.
—Sí, claro. Probemos con algo sencillo, te será mejor.
—¿Como qué?
Hubo silencio en la cocina por medio minuto, el cual solo acabó cuando Kim propuso que hiciéramos una pizza. Asentí, a lo que él me alcanzó un delantal, poniéndose el suyo. Cuando estuve lista para empezar, me situé frente al mostrador.
—Lo primero que haremos será preparar la salsa de tomate, ¿ok? —asentí.
Cuando la tuvimos lista, pasamos a escoger lo que llevaría la pizza. Ya saben, si queso, jamón, etc. Pero entramos en conflicto porque yo la quería solo con queso y el quería ponerle muchas más cosas. Al final, como siempre, gané yo.
Pasamos a preparar la masa. Estuvo lista en diez minutos porque él tenía bastante talento en esto, y yo solo era una molestia. Kim se encargó de formar la base de la pizza, la cual estuvo lista también en poco tiempo. Iba a meter nuestra futura comida en el horno, pero él me lo impidió poniendo su brazo delante de mí cuando estaba agachada.
—¿Qué pasa? Solo voy a ponerla al horno —pregunté con un tono decepcionado.
Suspiró para luego mirarme con los ojos entrecerrados, —¿Eres inmune al calor de las llamas? Porque no tienes guantes, cerebrito.
Ok, quedé avergonzada. Fingí una carcajada y me puse de pie, dejé la bandeja con la pizza y me puse los guantes. No lo estaba mirando pero mis instintos me decían que me observaba con gracia o incluso burla. Volví a arrodillarme frente al horno y me di cuenta de lo que Kim quería decirme respecto al calor, habían altas temperaturas aquí. Alcé mis brazos y dejé la pizza allí, con cuidado de no quemarme. ¿Fue un pequeño avance?
—¿Ves? Lo hice yo sola —presumí con mi más hermosa sonrisa victoriosa, poniéndome de pie.
Él cruzó sus brazos sobre su pecho, sus labios formaron una sonrisa como si lo que le hubiera dicho le diera gracia, —¿En serio? Porque yo creo que lo único que hiciste sola fue ponerte el delantal. Si no te hubiera dicho nada sobre el vapor que hay en el horno, ahora fueras mi pollito frito.
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UNIQUE LOVE✔ (#1SAGA: PRIMEROS AMORES)
Novela Juvenil🔥🔥🔥 Cuando somos pequeños lo único que nos importa es jugar, jugar, y jugar. Pero a medida que vamos creciendo nos preocupan cosas más importantes, entre ellas, el amor. Muchas personas creen que este sentimiento tan hermoso, y algunas veces do...