UNIQUE LOVE✔ (#1SAGA: PRIMEROS AMORES)

🌊•Capítulo 24.2•🔥

Katie Chan Jary

—Sí. Verás... ¿Recuerdas a Estella, mi mánager?

—Sí, sí. Sé quién es. ¿Por?

—Porque ella tenía un novio llamado Hiro, pero él le dijo que sería mejor romper porque él se iba a estudiar al extranjero y no volvería pronto. Así que Estella se quedó destrozada con su partida. Tan sólo pasaron seis meses y Hiro me llamó ayer pidiéndome que lo ayudara con Estella. En resumen: Hiro le quiere proponer matrimonio a Estella esta tarde y por eso me llamó, para que me encargara del lugar y de su chica.

Un silencio corto entre las líneas hizo que me pusiera un poco nerviosa.

—Y quieres que te ayude, ¿verdad?

Asentí, —Sí. Llamaré a una empresa para que se encarguen del lugar en el que se encontrarán y de la decoración, pero necesito que tú los dirijas.

—Está bien, yo me encargo. ¿En dónde será?

—Se me ocurrió que podría ser en la playa, para que fuera más romántico y eso.

—Ok. Te amo.

—¡Yo más!

Colgué.

Salí del baño para despertar a mi dormilona amiga. Dejé el móvil en una mesita de noche y me subí a la cama.

—Estella... —le susurré al oído— Levántate.

Ella giró sobre el colchón, dándome la espalda y quedando de lado, —No quiero.

—Vamos, es tarde.

—¡Que no quiero te dije!

Suspiré. Miré hacia un lado y me fijé en que mi almohada me podría ayudar en esto. La cogí y le pegué un golpe a la chica en la cara, haciendo que ella se sentara en la cama rápidamente.

—¡¿Qué te pasa?! ¡Intento dormir! —se enfureció. La entiendo, yo también soy una persona a la que no le gusta que la levanten así, pero no tengo mucha paciencia.

—Te despierto porque hoy es día de chicas —le dije con cierta alegría, pero le gustó la idea.

—No. Yo voy a dormir.

—¡Estella! ¡Que te levantes!

Lo que quería era sacudirla hasta que se cansara de mí, pero lo que hice fue tirarla de la cama de un empujón. Escuché el ruido de su cuerpo estamparse contra el suelo al instante.

—Katie...

Me iba a matar ahora, por su voz amenazante me había dado cuenta. Estella apoyó su mano en una esquina de la cama para luego ponerse de pie, me dedicó una mirada vengativa y empezó a acercarse a mí.

—¡No te enfades! Solo vayamos a cambiarnos para ir de compras.

Puso cara de confundida, —¿De compras? Pero si tú tienes muchísima ropa.

—No importa, igual voy a ir contigo.

Suspiró y asintió, sin más remedio.
Victoriosa, la jalé del brazo y juntas fuimos a arreglarnos para salir.

Kaito Kim

Dejé el célular encima de la mesa del comedor y fui a mi habitación para cambiarme. Cuando estuve listo, me dirigí a la cocina para darle un poco de leche al gato, ya que mi hermana ni siquiera se había levantado aún.

Abrí el frigorífico y saqué la leche, llené la vasija del felino y la dejé frente a él en el suelo. Este la lamió con mucha hambre. Lo acaricié un poco, después de todo, a mí también me gustaban los gatos.