🌊•Capítulo 2•🔥

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Katie Chan Jary

Una vez que hube llegado a mi destino — la cocina— encontré al chico que buscaba apoyando su espalda contra la pared, con las piernas cruzadas y utilizando su teléfono, muy entretenido. Me preguntaba qué estaba haciendo que lo entretenía tanto.

¿Estará escribiéndose con alguien? «pensé» No creo, si estuviera escribiendo movería sus pulgares sobre la pantalla, y él no lo hace.

Luego de formular algunas que otras suposiciones más, la curiosidad me carcomía por completo.

Es su vida, no la tuya «me recuerda mi subconsciente mientras observaba su figura como una tonta.

Unos segundos más tarde, su mirada se encuentra con la mía; nos quedamos así durante un momento hasta que conseguí darme cuenta de lo que pasaba. Rápidamente me sonrojé un poco y giré mi cuello hacia la derecha, evitándolo.

—¿Pasa algo?

Niego con la cabeza ante su pregunta, a lo que él vuelve a dirigir toda su atención a su celular. Dejé escapar una gran ráfaga de aire de mis pulmones, ¿es que esta incomodidad se iba a mantener presente durante los tres días? Que molestia. Entonces se me ocurrió una idea un poco loca.

Me le acerqué por el frente, sigilosamente y, cuando me encontraba a la distancia necesaria, agarré con rapidez y determinación su móvil. Tras esto me eché a correr a toda prisa.

—¡¿Qué haces?!

Después de haber sonreído con picardía, me volteé para que pudiéramos discutir cara a cara,—Molestarte —admití.

—Devuélveme eso —ordenó, extendiendo una mano hacia mí. Se veía serio, bueno, tampoco es que se tratase de un asunto grave, solo le quité el teléfono y ya.

—¿Por qué? ¿No quieres que lo revise? ¿Acaso ocultas algo? —interrogué, levantando la mano con la que sostenía el célular. Cada vez que él daba un paso hacia mí yo daba uno hacia atrás, juguetona.

Empecé a correr con el móvil en las manos, mientras que su dueño corría detrás de mí.

...

Le dimos la vuelta a toda la casa, claro, por dentro, sin salir al exterior. Era obvio que él era más rápido que yo por varias razones, así que cada vez que me veía en desventaja le tendía alguna trampa. Me vi acorralada entre una pared de la sala de estar y él, a tan sólo dos metros de mí. Seguía riéndome, aunque este no era el mejor momento para reírse. El de ojos azules empezó a acercarse a mí en pasos lentos, pero me daba miedo que llegara demasiado rápido.

—¡Mira, un ratón! —grité señalando a la derecha, debajo de una mesa. Obvio era mentira pero él se lo creyó y aproveché su distracción para volver a salir corriendo a su lado.

Cuando se dio cuenta de que ya no estaba ahí giró sobre su propio eje y soltó:

—Ya me cansé.

Lo vi sentarse en otro sofá, esta vez sudando.

—Ay, ¿ya te cansaste? —además de mi tono ser burlón tenía algo de seriedad.

Él me miró, haciéndome una señal para que me sentara a su lado. No me lo pensé, pues yo también estaba agotada. Me senté a su lado, manteniendo una distancia apetecible entre nosotros.
Aún con su teléfono en mis manos, cerré los ojos para descansar, pero él aprovechó ese instante para acercarse demasiado a mí y agarrarlo. Eso no fue una buena idea de su parte, pues quedamos a centímetros.

Tragué saliva. Nuestras miradas no paraban de encontrarse. Nadie pestañaba. Un silencio un tanto incómodo apareció en la sala, para mi sorpresa estornudé en su cara, escupiendo saliva.

UNIQUE LOVE✔ (#1SAGA: PRIMEROS AMORES) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora