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Cuando somos pequeños lo único que nos importa es jugar, jugar, y jugar.
Pero a medida que vamos creciendo nos preocupan cosas más importantes, entre ellas, el amor.
Muchas personas creen que este sentimiento tan hermoso, y algunas veces do...
La lluvia de estrellas fugaces estaba terminando, dejando totalmente asombrados a los que llegaron a verla. En lo que Kim seguía contemplando el cielo, su vecina del piso de abajo aprovechaba esa distracción para observar lo guapo que era su "enamorado", porque sí, le gustaba. Lia llegó al balcón —donde están ellos— y se quedó confusa por la presencia de esta nueva chica, a la cual nunca antes había visto. El ceño fruncido de la rubia hizo que su hermano, cuando se dio vuelta para mirarla, le hiciera una pregunta.
—¿Pasa algo?
Lia asintió y alzó un brazo para que su hermano mayor viera y escuchara su teléfono sonar. Con rapidez, Kim se acerca a ella y tomael móvil para contestar, pero antes se encargó de revisar quién era la persona que llamaba: Jary.
Los labios rojizos de el muchacho formaron una sonrisa, para después presionar el botón verde mientras se va adentrando a su apartamento.
—¿Jary? —dice él entre las líneas, lo cual es oído por las dos chicas que aún seguían en el balcón.
La figura del peli negro terminó dentro del apartamento, dejando a ambas muchachas en un incómodo silencio, aún en sus antiguas posiciones.
—¿Kim, estás ahí? —es la voz de Jary en el célular.
—¡Sí! ¿Cómo estás?
La pelirroja sonrió, —Feliz de escucharte, tonto.
El chico se sonroja y sonríe igual, sin imaginarse que estaban haciendo lo mismo, —Wow, no sabía que era un tonto para tí —gira los ojos, aguantando una carcajada—Ahora, ¿para qué me llamaste?
En realidad, la cantante no tenía un motivo exacto por el cual lo llamó, simplemente quería escuchar su voz, así que no se le ocurría ninguna excusa
—No sabes para qué me llamaste, ¿cierto?
—¡Te llamé para hablar un rato antes de desearte dulces sueños, ¿contento?!
El joven se alegra por lo que acababa de escuchar, le encantaba hacer que esa adorable chica se enfadara.
—¿Kim? ¿Estás ahí?
—Ah, —vuelve a la realidad— sí. Dime.
Jary llena sus cachetes de aire, molesta, —¡Dime algo tú, yo fui la que llamó!
—¿Y qué quieres que te diga? -pregunta, encogiéndose de hombros.
—No sé. Lo que sea; cómo fue tú día, cómo amaneciste, qué comiste, ¿ves? No es tan difícil.
Kim, gira los ojos para empezar a ver qué puede decir. Entonces recuerda lo de la cena de mañana en la que vendrá el novio de su hermana, un tal... Bueno, no se acordaba ni de su nombre, pero sí sabía que empezaba con B.
—¿Sabes? Mañana viene a cenar con nosotros el novio de Lia, mi padre lo invitó. ¿Te gustaría venir también? Así puedes conocerlo.
A la cantante le fascinó esa idea, —¡Sí! ¿A qué hora tengo que estar allí?
—No lo sé. Cuando tú quieras.
—Ah, está bien.
Se crea un silencio entre las líneas en el que nadie dijo absolutamente nada, pero este se rompió cuando cierto galán dijo algo muy romántico.
—Entonces espero que duermas bien, que me extrañes, que me sueñes y que vengas tan linda como siempre a la cena con mi padre. Te amo mucho, manzanita.
Ella se sonrojó al haber escuchado esas palabras, pero lo que más le gustó fue lo de "manzanita". Ya ni estaba sonrojada, sino que completamente roja, así que cuelga la llamada sin decir ni más ni menos.
El chico, aguantando una risita, se queda mirando la pantalla de su célular, como si ahí estuviera Jary. Luego lo deja encima de la mesa del comedor y se sienta a ver un partido de fútbol con su padre.
Volviendo a lo que pasó en el balcón cuando Kim se fue, dejando a su vecina y a su hermana solas. Lia, quien tenía como propósito acabar con molesta incomodidad entre ellas, gira sobre su propio eje y encara a Min-jue, con una sonrisa, —Hola.
—Hola.
—¿Vives aquí? Digo, en el edificio.
—Sí, en el piso de abajo. Seguro no nos habíamos visto antes porque mi hermana y yo somos nuevas aquí.
Ambas chicas intercambiaron conversación durante un rato, hasta el punto de que habían adquirido cierta confianza entre sí. Tras risitas y comentarios graciosos le surge una duda a Min-jue que no es capaz de dejarla pasar.
—Por cierto, ¿quién es Jary, la que llamó a Kim por teléfono hace unos minutos?
La rubia apoya su barbilla en la punta de su índice, pensativa, —Creo que es la novia de mi hermano —dice con inseguridad, su memoria le estaba fallando, según ella misma.
Las palabras anteriores formaron un completo caos en el interior de la pobre peli negra; sentía cómo su corazón se hacía mil pedazos. Ella pensaba que... que ese era el hombre ideal, era la primera vez que alguien la hacía sentir así y por eso se esperaba tanto. Además, esos ojos azules, esa sonrisa, ese carácter... Simplemente estaba enamorada, ilusionada o cómo sea que se llame esa sensación.
Su garganta se tensó, casi no podía hablar, pero aún así intentó hacerlo, —¿S-su n-bovia?
Lia asiente sencillamente, —¿Pasa algo?
La de cabellos oscuros, con los ojos empezando a humedecerse poco a poco, niega con sus manos e intenta mirar hacia otro ángulo para que no sean descubiertas sus lágrimas. Lia ya estaba formulando algunas sospechas.
¿Qué será lo que le pasa? Será que...? «piensa la de cabellos rubios, de decidida a preguntar.
—¿Te gusta mi hermano?
Al haber escuchado lo dicho Min-jue la mira medio sonrojada, iba a decir algo pero se arrepintió, mejor se quedó callada. Ahora su único objetivo era irse de ese balcón de nuevo a su amado departamento, donde estaría sola y más calmada.
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