Kaito Kim—¿Papá?
Estaba aquí. Luego de seis años en su ausencia, lo volvía a ver. Todo este tiempo pensé que nunca más volvería a observar su rostro, a estar frente a él...
Fue muy cruel con nosotros desde que éramos pequeños hasta que nos abandonó, nunca me acarició la cabeza como hacen los padres amorosos con sus hijos. Cada vez que hacía algo solo me decía los defectos, no importara qué fuese. Me golpeaba cuando estaba borracho, me gritaba cuando le tocaba regañarme por mi comportamiento. ¿Y ahora estaba aquí?—Kaito, hijo —se dignó a hablar, mirándome fijamente. Sentí como el corazón se me escapaba por la boca al escuchar sus palabras—. Soy tu padre. ¿No me reconoces?
Asentí con inseguridad, —Sí, te reconocí desde el primer momento.
Mis labios formaban una línea recta. Demasiadas emociones llegaban a mi mente en cuestión de segundos.
Él bajó la cabeza, no sé si por el cansancio de andar en las calles o por la vergüenza que debía sentir por lo que nos hizo.
—Hijo, ¿le permitirías a tu viejo padre entrar en tu casa?
Ahora quiere hacerse el viejo, pero yo no me hice el huérfano cuando me dejó solo con mi hermana. Descarado...
—Te dejaré entrar, pero no te llamaré padre —logré sonar cruel.
Tras un suspiro muy profundo, él asintió levemente y le dejé espacio para que entrara. Detrás de este señor iba yo, observando cada movimiento que hacía. Su mirada se paseó por toda la Sala de estar, admirando la decoración. Se detuvo frente al sofá y giró su cabeza hacia mí para encararme por un momento.
—¿Puedo sentarme?
Asentí y él procedió a acomodarse en el mueble. Me senté en un sillón que quedaba justo frente a él, entrelacé los dedos de mis manos y me dediqué a observar al hombre que había destrozado mi familia de pies a cabeza. Su vestimenta no era agradable, pues tenía mal olor y estaba sucia por todas partes. Sus zapatos estaban desgastados, llenos de lodo, y sus calcetines largos y supuestamente blancos también tenían suciedad.
—Kaito, yo... —me dijo, volviendo a suspirar con profundidad— Tengo... cáncer de pulmón, etapa cuatro.
¿Qué?
Alcé rápidamente la cabeza al oír sus palabras, mis ojos nuy abiertos y mi boca entrecerrada.
No podía estar pasando. No, no, no...
Exhalé, expulsando todos los sentimientos anteriores y dando paso a la tragedia, de nuevo.
—¿De tanto fumar? —pregunté, sin mirarlo a los ojos.
—Sí.
Hubo un silencio lleno de emociones entre nosotros. Rompió el hielo dando el primer paso, pero antes aclaró su garganta— Yo... Sé que he sido un mal padre, lo admito, pero he cambiado. Soy otro. He dejado las drogas, el alcohol, el cigarro... Todo, porque quiero ser el padre que nunca fui para tí y para tu hermana —confesó, luchando contra su malestar para poder hablar con fluidez. Hizo una pausa para respirar hondo, sus pulmones lo necesitaban—. También sé... que fui un mal esposo para tu difunta madre, pero, a pesar de eso, me he lamentado durante todos estos años, sin dejar de culparme por el ignorante que fuí —tragó saliva—. Quiero verte sonreír... en estos meses que me quedan. Quiero que me perdonen por la persona que fui una vez y que prometo no volver a ser —lágrimas empezaron a brotar de sus ojos, provocando que a mí me ardiera la garganta y que luchara para no ponerme a llorar también—. Porque yo...
—Detente, no quiero que sigas forzando a esos pulmones destrozados. Yo nunca te voy a abandonar, nunca —repetí, tragándome el dolor de mi dañado corazón—. Voy a cuidarte a partir de este momento hasta el día en que tenga que separarme de tí por culpa de la muerte. No necesito que seas perfecto, solo que estés aquí conmigo, esforzándote por cambiar.
Mis ojos empezaron a aguarse poco a poco, hasta el punto de que tenía que limpiar las lágrimas para que no llegaran a notarse.
Con mucho esfuerzo, él trató de ponerse de pie, sujetándose de la baranda del mueble en el que se situaba, —Hijo... — cuando su espalda estuvo recta, abrió sus brazos de par en par, esbozando una radiante sonrisa, la primera que veía de su parte en toda mi vida— dale un abrazo a tu padre.
Sentí como mi corazón quería escaparse de mi pecho.
Esto no podía ser real.
Me paré frente a él y, sin pensarlo dos veces, dejé que me abrazara. Cerré mis ojos en lo que duró el apretón para disfrutar mejor el momento. Apenas él disminuyó la intensidad, le devolví el abrazo con el doble de fuerza. Muchas más lágrimas empezaron a correr por mis mejillas, dejando al descubierto mis emociones.
Nos separamos. Me volví a fijar en sus prendas, tan sucias y apestosas.
—¿Quieres darte un baño?
El hombre bajó su cabeza para examinarse de pies a cabeza, luego de eso asintió y le mostré el camino a la ducha. Necesitaba ayuda para bañarse, pues le dolían mucho los huesos de las piernas, así que me ofrecí a ayudarlo.
Luego de haberlo bañado, le afecté las mejillas para disminuir su barba, la cual parecía la de un vagabundo. Le corté él cabello, las uñas, le brindé ropa mía que me quedaba ancha, y también le calenté un plato de sopa de la cena de esta tarde. Con mucho apetito, él se lo comió hasta que quedó satisfecho.
—Papá.
Era la primera vez en seis años que lo llamaba así, por lo que él se vio obligado a volver a llorar. También se me escapó otra lagrimita, pero nada que arruinara mi felicidad.
—Papá, quiero que duermas en mi cama esta noche, yo dormiré en el sofá.
Este asintió con la cabeza, aún ahogándose en el llanto. Intentó pararse de su silla, pero falló. Me puse de pie y lo ayudé con la labor. Sin soltarlo aún, lo guíe hasta mi habitación y, una vez dentro de esta, saqué una sábana de mi armario para que con ella durmiera abrigado. Le di un cepillo de dientes, pero como hace tiempo este hombre no usaba uno, tuve que cepillarlo yo mismo. No me desagradaba, todo lo contrario; para mí es un placer poder ayudar a mi padre.
Él se acostó con cuidado sobre la cama. Apagué la luz y, luego de darle las buenas noches a mi padre y una última mirada, cerré la puerta.
Nota de la autora:
¡Otro capítulo sin Jary! ¿Lo disfrutaron? Bueno... Quizás estuvo un poquito triste. Poco a poco se van aclarando algunas dudas sobre la vida de Kim. No olviden comentar qué les pareció y... ¡Nos vemos!💗
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UNIQUE LOVE✔ (#1SAGA: PRIMEROS AMORES)
Teen Fiction🔥🔥🔥 Cuando somos pequeños lo único que nos importa es jugar, jugar, y jugar. Pero a medida que vamos creciendo nos preocupan cosas más importantes, entre ellas, el amor. Muchas personas creen que este sentimiento tan hermoso, y algunas veces do...