Capítulo 15

26 8 99
                                    

Un día vas a tener a esa persona un domingo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Un día vas a tener a esa persona un domingo. Despertarán a las 11 de la mañana, harán de comer y volverán a dormir, a querer, a amar. Un día estarás feliz, sabrás lo bonita que es la vida y entenderás que de eso se trata, de sentir, de querer, de estar.

Polo Ferreira

─¿De qué habla, Dilan?─ León no desapartaba la vista del chico.

─Le-León─ tartamudeó.

─Esto no puede ser verdad─ se volteó y cubrió su nariz y boca con su mano─. Esto no puede ser─ repetía.

─León escúchame por favor─ pidió Dilan pero mi hermano no estaba de humor, se lo había tomado peor de lo que pensé y no entendía su reacción.

─Este...ahora mismo no quiero...no puedo hablar con nadie ¿vale?.

─León por favor...

Lo miré a los ojos,─ luego hablamos con él, no te preocupes.

─Polo─ Lito se acercó─ quiero que sepas que siempre te he apoyado, aunque no lo creas, estoy contigo, eres mi hermano y deseo lo mejor para ti.

Eso me desconcertó, Lito nunca se había detenido para hablar así conmigo, tan confidencial, como un verdadero hermano y no un gillipollas siempre pendiente de sus asuntos, de los de papá.

─¿Pero tú que dices?, se han vuelto locos─ rebatió Lucrecia─ esto no puede estar pasando─ llevó una mano a su frente─ cuando tu padre se entere de esto te va a matar por dios, ¿acaso no lo entiendes?.

─Papá no va a hacer nada, él solo quiere el bien para nosotros─ añadió Lito

─¿Pero qué dices?, si hace años le contaste a papá que me viste besando a César.

─¡¿Qué?!─ exclamó mamá.

─¿De qué hablas?, yo no le conté nada a papá, callé por ti Polo, porque te quería.

─Pero...¿y quién le contó a papá?.

No entendía nada, yo sabía que Lito nos había visto pero ¿y si había alguien más con nosotros?, en la habitación, escondido. Había cometido un grave error todos estos años, dios, aún no podía creerlo, Lisandro no tenía la culpa de nada y yo...fui un idiota con él toda la vida.

─¿Ya estás contento no?─ mi madre se acercó a Dilan, desafiante, como una fiera que acecha a su presa─ conseguiste lo que querías, pervertiste a mi hijo, eres un maldito enfermo, pero esto no se queda así eh, acabaré con tú existencia.

La Casa del GymDonde viven las historias. Descúbrelo ahora