Cordes sur-Ciel (Parte 3)
Dime donde y nos perdemos juntos...
Polo Ferreira
Dilan Hidalgo
A mi mente regresó el recuerdo de ese día, cuando aquellos chicos me aventaron a la piscina de los Ferreira, esa sensación horrible, claustrofóbica, mortal, de un momento a otro te encuentras parado en esa fina línea que divide la vida y la muerte, y simplemente te toca aceptarlo, aceptar que llegó tu hora de morir, porque para eso nacimos ¿no?, es la ley de la existencia. Pero y si hubiera un motivo, uno tan fuerte por el cual aferrarse a la vida...
Las terribles imágenes de mi pasado fueron sustituidas por las palabras de Derek. Cuando regresé a casa y conté lo ocurrido en la piscina todos se preocuparon un montón, mi hermano me prometió que me enseñaría a nadar, aunque eso nunca ocurriera sus lecciones se quedaron grabadas en mi mente:
Cuando estés en una situación como esa, cuando la desesperación se hay apoderado de ti, lo más importante es mantener la calma, de lo contrario estarás jodido.
Vale, tal vez sus palabras no fueron las más cuidadosas pero sirvieron. No podía morir, no ahora. Así que me aferré a la vida, con fuerza, la que nunca tuve. Abrí mis ojos, me encontraba en el fondo del lago, estaba muy profundo, entonces me di cuenta de la belleza submarina, era todo un mundo diferente debajo del agua, mágico, lleno de vida...la vida.
Reaccioné, sin saber ni como lo hice comencé a nadar hacia la superficie, la luz del sol comenzó a hacerce más cercana, a invadirme con su luz, su candidez.
Logré salir a la superficie y mis pulmones se llenaron de aire nuevamente. El preciado componente invadió mis fosas nasales, la sensación de la vida volviendo a mi fue maravillosa, nunca me había gustado tanto estar al aire libre, respirar la brisa, pura, natural.
─¡Dilan!─ escuché los gritos de Polo desde la orilla, luego lo vi lanzándose al agua y nadar hacia mi. Hasta entonces me di cuenta de que me encontraba flotando. ¡Yo estaba flotando!.
Polo no tardó nada en llegar hacia mi, me subió encima de él con destreza. Dios, que brazos...*aclaro garganta*
─¿E-estás bien?─ tartamudeó─ ¿no te rompiste nada?, ¿ingeriste agua?, ¿cómo te caíste?.
─Ey tranquilo─ agarré su rostro─ no me pasó nada ¿si?.
─Es culpa mía por traerte aquí, si es que soy un inconsciente, solo se hacerte daño.
─Polo, que de verdad no pasa nada, solo resbalé, es todo─. Sonreí─ creo que hacía falta para que aprendiera a nadar de una vez.
─¿Como dices?─ su angustia fue reemplazada por una ligera sonrisa.
─Pues como escuchas, mira─ me safé de él y comencé a nadar─. Lo ves.
La sonrisa de Polo ganó en intensidad─ ¿aprendiste solo?.
─Creo que Derek y la caída me ayudaron un poco.
Noté como su gesto se volvía un poco malicioso─. Podrás saber nadar pero eso no evitará que pueda atraparte.
─A no, Polo Ferreira ni te atrevas.
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La Casa del Gym
Fiksi RemajaDilan es un estudiante de 2do año de secundaria, tiene 16 años, escuálido de nacimiento, apasionado de la fotografía y gay, todo lo necesario para ser el motivo de burlas de sus compañeros de clase. Puerta con puerta a su casa se encuentra la mansió...