Capítulo 27

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Nota
Especial dedicado a los queridísimos hermanos Ferreira. Espero lo disfruten.

27- Siempre Unidos -

No dejes escapar a las personas que hacen bonito tu mundo.

Lito Ferreira

El invierno estaba a punto de llegar a Francia y Cordes no sería la excepción, el frío aire nos golpeaba en el rostro con voracidad, afortunadamente estábamos abrigados y no lo notábamos tanto.

Ascendíamos en silencio hacia el mirador del pueblo, Dilan y Polo iban tomados de la mano, se veían tan bien juntos, parecían una pareja épica de mis novelas favoritas.

Mis pensamientos divagaban, al verlos así, tan felices, me hizo replantearme toda mi situación con María Isis, mi mentira se hacía cada vez más grande, como una bola de nieve que pronto me aplastaría si no hacía algo al respecto. Ya estaba decidido, hoy le contaría la verdad, aunque me odiara por el resto de la vida, no podía continuar engañándola.

─Hey tórtolos─ les dije provocando que me miraran─. Sepárense un poco no─ reí.

─Tú calla─ dijo Polo aferrando más a Dilan hacia él, este se sonrojó─. Lisandro─ caminó un poco más lento e ir a mi ritmo─ ¿tú no amas a Belinda, no es así?.

Noté que Dilan se tensó. ¿Acaso el sabía?...

Claro, si es que soy un tonto, él era el mejor amigo de María Isis, por supuesto que lo sabía.

Respiré, ya no más, no más mentiras, miré a Polo─. Tengo que contarte algo.

─¿Qué pasa?.

Ya estábamos llegando al mirador, aún no estaba preparado para que León se enterara así que le pedí nos detuviéramos un momento.

─Lisandro que pasa, me estás preocupando─ conectó con mi mirada.

─Bueno yo los dejo solos, os espero ahí arriba─ dijo Dilan y levantó un pulgar para darme fuerzas, este chico era lo máximo.

─Bueno─ Polo suspiró─ ya me arruinaste la velada─ sonrió─. Ya en serio, dime que te pasa grandullón.

Me concentré en la lejanía, en el arrebol, en los árboles cuya brisa movía calmadamente, no podía mirarlo a los ojos, estaba muy apenado─. Verás es que...yo y María Isis.

─Están juntos─ terminó por mi.

─¿Lo sabías?─ lo miré con el ceño fruncido.

─En realidad lo sospechaba, tus miradas y las de la peliroja no son las más discretas que digamos─ resopló.

Me acerqué al barandal para apoyarme en él─. No tienes ni idea de lo mal que me siento, se que cuando se entere jamás me lo perdonará, pero entiéndeme Polo, el amor no se escoge solo...ocurre.

─Hey─ colocó una mano en mi hombro─ no tienes por qué darme explicaciones de nada, es tu vida, tu decides, pero no puedes seguir escondiéndole esto a León─ noté algo más en sus palabras, ¿tristeza?.

─¿Estás hablando por ti también?, Polo, ¿que ocurre?.

─Pasa que no tengo ningún derecho de juzgarte, porque lo que hice y aún hago con Dilan no tiene perdón.

La Casa del GymDonde viven las historias. Descúbrelo ahora