Capítulo 4

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Insistir es algo que no funciona, es como ponerte un zapato que no te sirve, te queda pequeño, aprieta, duele, causa ampollas y a veces hasta sangra

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Insistir es algo que no funciona, es como ponerte un zapato que no te sirve, te queda pequeño, aprieta, duele, causa ampollas y a veces hasta sangra.
Por eso dicen que, muchas veces en la vida, tienes que olvidar lo que quieres, para empezar a recordar lo que te mereces.

Dilan Hidalgo

Desde siempre escribo un diario, gracias a él me libero de todos esos sentimientos que me sobrepasan, en él he encontrado mi segundo hogar.

Y muchos dirán que no pero los gays tenemos esa capacidad para enamorarnos de los heteros, somos como pequeñas partículas de metal, y claro está ellos son los imanes.

─No te dejaré en paz hasta que me digas todo lo que te dijo Polo ayer─ me dijo León

─Dilan no tiene por que darte explicaciones de su vida─ rebatió la peliroja en defensa, tenía la voz ronca, al parecer pescó una gripe.

─Si cuando se trata de mi hermano.

─¿Por qué odias tanto a tu hermano?- inquirió Mari.

León bufó y se vió tan tierno, por supuesto yo sabía que estaba enojado.

Y entonces ustedes se preguntarán.

¿Este desgraciado está pensando en tirarse a los tres hermanos o qué?.

No malpensados, León es mi amigo, nunca lo he visto como otra cosa.
Bueno reconozco que una vez tuve ciertos pensamientos...

Pero eso es pasado coño, a lo que hiba es que el único que me interesa*aclaro garganta*que me interesaba era Polo, pero ya no, y por múltiples razones, porque tiene novia, porque me ignora desde los 9 años, porque sigue siendo un idiota, encantador, magnífico...

María Isis chasqueó sus dedos en mi rostro,─ venga distraído que toca con Hudson.

Hudson, la persona más gilipollas en toda la faz de la tierra, pero en especial conmigo, el tío estaba obsesionado, solo veía mis errores, con decirles que un día por primera vez en mi vida me digne a realizar un ejercicio en el pizarrón, ¿y qué pasó?, me hizo vivir el mayor ridículo de mi vida.

Eso está mal joven Hidalgo, por favor León ayude a su incompetente compañero.

León se puso de pie tan amable como siempre, realizó el ejercicio igual que el mío, IGUAL. ¿Y?, ¿y?...

─Excelente─ le dijo.

O sea, el tipo me tiene un odio a muerte.

La Casa del GymDonde viven las historias. Descúbrelo ahora