Todo está aquí
Aquí contigo...
No existe ni existirá otra persona ni lugar que me haga revivir los recuerdos y caricias en mi piel como lo haces tú, no cambiaría los instantes contigo por nada en este universo finito, quisiera tener más tiempo, que la vida no se nos vaya tan pronto y que el cielo no sea el final de nuestras almas, quisiera amarte esta vida y la siguiente, aunque sea loco y sueñe como demente, pero amor, tú lo sabes y yo también, no existe ni existirá nada que me haga dejar de amarte de esta manera, ni en esta ni en las siguientes vidas, te buscaré para seguir amándote, para demostrarte y hacerte saber que soy tuyo, que siempre seré tuyo...eso te lo aseguro.
Sam Chevalier
...
La cálida luz del sol que se colaba por la fina separación de las persianas hizo que Dilan despertara de su sueño. Bostezó y dió un estirón. Aún con somnolencia se levantó de la cama, esta estaba hecha un lío, definitivamente ambos mal dormían fatal. La comisura de sus labios se curvó ligeramente cuando a su mente vino el recuerdo de la noche anterior.
Comenzó a descender las escaleras de roble perfectamente pulido hasta que un singular aroma invadió sus fosas nasales. Su estómago comenzó a rugir, sin duda le había abierto el apetito. Como un cachorro buscó la fuente de donde provenía tal maravilla, la cocina. Y ahí estaba él, terminado de preparar algo en la isla. Llevaba puesto un delantal y ese gorro de cocinero que recordaba tan bien de su cumpleaños. Ligeramente sudado, seguramente por el ejercicio matutino. El suculento aroma se mezclaba con su fragancia, siendo capaz de liberar toda la oxitocina necesaria para incitar al peligro. La mermelada de fresa se deslizó provocativamente sobre los panqueques, mientras Dilan aprovechó la oportunidad de abrazar a su amado por detrás, Polo le respondió con una sonrisa.
─Pero miren, si es mi bello durmiente─ ladeó la cabeza para mirarlo y ambos compartieron un beso tan íntimo, tan lleno de cariño que sus bultos se encontraron.
─Eh, creo que debes tranquilizar a tu amiguito─ dijo Dilan depositando castos besos en su cuello, trazando ese camino hacia su torso que ya se sabía de memoria.
─Pues si sigues así no lo conseguiré─ esbozó una sonrisa lobuna.
Dilan se separó con pereza─. ¿Estas seguro de que Lito y María se podrán quedar con Ulises?, no quisiera arruinar sus planes.
─María no puede estar más contenta de pasar tiempo con su sobrino al igual que Lito. Además a Davi le encanta jugar con él. Descuida, tendremos Barcelona solo para nosotros por un mes─. Ambos habían decidido tomar un descanso de París, ya habían pasado 6 años desde su boda, y el amor que se tenían era aún mayor que en ese entonces.
La felicidad de Dilan fue tanta que se lanzó a sus brazos─. Te quiero tanto Polo.
─Yo yo a ti motita, y yo a ti.
Transcurrió el resto del día en maratones de Netflix y jugando con el pequeño Ulises, hasta que fueron a cenar a la casa de María Isis y Lito.
─¡Chicos!─ la peliroja se lanzó a sus brazos, por mucho tiempo que pasara, siempre conservaría ese aire de loca sin remedio.
─Te he hechado de menos─ dijo Dilan, respondiéndole el abrazo, con un cariño que más que una amistad, ya era de hermanos.
─Y yo a ti, cariño.
─¿Dónde está Lisandro?─ preguntó Polo.
─En la sala, ayudando a Davi con un rompecabezas, el muy terco se empeñó en terminarlo hoy─ resopló.
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La Casa del Gym
Roman pour AdolescentsDilan es un estudiante de 2do año de secundaria, tiene 16 años, escuálido de nacimiento, apasionado de la fotografía y gay, todo lo necesario para ser el motivo de burlas de sus compañeros de clase. Puerta con puerta a su casa se encuentra la mansió...