8 octubre - x493

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Yuki no estaba feliz por muchas razones, pero todo se reducía a una cosa: los celos.

Sus celos hacia Rukia aumentaron de una forma que parecía ridícula. Yuki era consciente de eso, pero cada vez que veía a un sirviente entrar al área de la reina con un enorme ramo de rosas o con un paquete que obviamente era un regalo y se dirigía directamente a la habitación de Rukia, ella apretaba los puños y deseaba que esas rosas se marchitaran rápidamente o que este regalo se rompiera.

Era una escena que se repetía muy a menudo.

Kaien le daba joyas y flores, pero no en la medida en que las recibía Rukia. Además, las doncellas no dejaban de hablar entre ellas sobre la suerte que tenía Rukia de recibir flores como muestra del amor del príncipe a pesar de que él no estaba en el castillo y sobre el increíble aroma de esa habitación debido a esas flores.

Cuando Yuki no estaba maldiciendo la suerte de Rukia por recibir más cosas que ella, estaba maldiciendo a Mila, quien había aparecido en el Sacrificio de Otoño con un hermoso collar hecho de piedras preciosas en un tono azul que la convertía en el centro de atención. Incluso Rukia, quien estaba vestida con todos los honores que le daba su matrimonio con el Segundo Príncipe, elogió la belleza de ese collar haciéndolo más llamativo.

Yuki tenía la sospecha de que Kaien le había enviado este collar a Mila, pero no tenía forma de comprobarlo porque Mila les había dicho a todos que su padre se lo había enviado para que lo usara en el sacrificio de otoño, y era plenamente consciente de que no podía lastimar a Mila ni tratarla de manera hostil porque ella sería la que quedaría mal a los ojos de todos.

Casi podía escuchar en su mente lo que la gente diría si ella lastimara a Mila: "La amante está celosa de una dama, pobrecita, temerosa de que le hagan lo mismo que le hizo a la princesa Nelliel. Por su culpa, la princesa Nelliel casi se tira por el acantilado. Quizás ella fue la culpable de la pérdida del embarazo de la princesa".

Lo peor de todo es que esas acusaciones que surgieron en su mente no fueron creadas completamente por su imaginación, sino que Yuki en realidad había escuchado esos comentarios entre las doncellas que servían en el área de la reina y entre las damas nobles cuando salía del castillo con Rukia, la reina y la princesa Hisana.

Yuki no podía defenderse de esos comentarios como lo hacía Rukia porque estaría entrando en un juego en el que podría no salir bien parada.

Rukia le había advertido a Yuki que estaba sola en su objetivo de convertirse en la princesa heredera, y se lo demostraba cada vez que podía, pues aunque Rukia la ayudaba a desviar esos comentarios maliciosos con una sonrisa y otro tema, le recordaba que ella estaba haciéndolo por el bien de la familia real y porque los rumores eran peligrosos.

Yuki conocía su posición y, aunque había damas que simpatizaban con ella porque era la más cercana al futuro rey y podía susurrarle al oído, todavía había damas que habían sufrido por culpa de una amante y estaban totalmente en contra de ellas.

Su relación con Mila aún se mantenía, salían a comer y hablaban de cualquier cosa que surgía, e incluso Mila le había contado lo que había pasado en esa cita con Kaien, así como de la forma en que el Príncipe Kaien dijo que ya tenía a su princesa heredera pero que debería siguiera el protocolo y la amabilidad que mostró para ayudarla a conseguir un marido que sea militar porque su padre quería un comandante para ella.

Aunque había algo en los ojos de Mila que a Yuki no le gustaba.

Tampoco le gustaba la forma en que Mila acariciaba ese collar que parecía llevar los días que salían a comer juntas.

Yuki sabía que tenía que hacer algo para no perder el interés de Kaien pero no sabía qué hacer porque un embarazo no era una opción. Kaien le había dejado claro que no podían tener hijos hasta que él pudiera reclamarla como su esposa para que su herencia no pudiera ser cuestionada.

El Ruiseñor 2 || IchiRuki FFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora