La calidad del Vino del Desierto era legendaria, solo la gente del desierto toleraba beberlo, aunque la mayoría de las veces lo diluían con algún tipo de agua, jugo u otro alcohol para hacer más placentero el momento. Valiente era quién podía beber más de media botella de vino sin rebajar y aún podía ponerse de pie.
Chika era un fiel amante de ese vino y Yoruichi lo sabía, por eso sacó bastantes barriles de ese tipo de vino de las bodegas del Palacio Blanco y le añadió el veneno que había preparado su bruja de jade.
El soldado encargado de transportar ese vino iba vestido de comerciante y Masayoshi le dio la orden de hacer que la mayor parte de ese vino se quedara en el campamento de Chika para luego ir directamente al Puerto del Amanecer. En manos de ese soldado estaba prácticamente la paz y la estabilidad del reino, y esperaban que este segundo plan funcionara porque tenían que deshacerse pronto de Chika.
Al atardecer, el soldado salió de una bodega alejada del Palacio Blanco con su carreta, su burro de carga y los toneles de vino envenenado, y se dirigió a la puerta norte de la ciudad donde estaba el campamento del candidato al trono. La Puerta Norte era la puerta que tenía un camino directo al Puerto del Amanecer, todos los vendedores entraban y salían por esa puerta con sus mercancías, y Chika se aseguró de que muchos de ellos dejaran parte de las mercancías en el campamento como muestra de "buena voluntad".
Muchos de estos vendedores habían llevado sus quejas a la Malthai, por lo que se hizo un camino alternativo que rodeaba el campamento de Chika y sus hombres, pero el tiempo de viaje era considerablemente más largo porque aunque el suelo no era exactamente arenoso como en el desierto, no había esa comodidad que brindaban los caminos empedrados que servían para hacer más fácil el transporte de los productos.
Además, también tuvieron que poner seguridad en ese camino, ya que los ladrones habían asaltado un par de caravanas en los primeros días.
Gardelia era un reino comercial y si no podían proteger aquello de lo que dependían, podían perder las ganancias que disfrutaban.
A pesar del camino alterno, había comerciantes que preferían dejar la mitad de sus productos en el campamento que perder medio día de viaje y poner en peligro su mercancía y su vida. Algunos comerciantes incluso llevaban una carga extra de sus productos para entregar en el campamento para que sus ganancias no se vieran tan afectadas.
Cuando el soldado llegó al campamento de Chika, varios de esos soldados le bloquearon el paso y le preguntaron qué llevaba. El soldado, que era completamente leal al pequeño rey y a la Malthai, tenía que contenerse y no hacer nada estúpidamente heroico que pusiera en peligro el plan.
— Son unos barriles de Vino del Desierto. Voy a la Posada del Descanso y... también tengo un barril extra para ustedes. — Habló el soldado, asegurándose de que no se notara la mentira. — Escuché que se suponía que debía dejar un pago de buena voluntad.
— Un barril no será suficiente, ¿qué tal si nos dejas dos? Traes cuatro, es justo.
— ¿Qué... dos? No... No puedo, es demasiado.
— Vamos chicos, parece que esta es la primera vez que este pequeño comerciante da un soborno.
La voz de Chika sonó entre los hombres que rodeaban al soldado, y el soldado pudo ver al príncipe acercándose con una gran sonrisa en los labios. El príncipe estaba demasiado cerca, estaba desarmado y con la guardia baja, que el soldado no dudó en tomar el cuchillo que llevaba consigo y atacar al príncipe.
Nunca tendría una oportunidad así y no dudó en aprovecharla. Si mataba al príncipe ahora, todo volvería a la normalidad.
Lo que no esperaba el soldado era que el Príncipe Chika esquivara la puñalada y lo golpeara en el estómago, haciendo que los otros hombres lo agarraran de los brazos y lo hicieran arrodillarse frente a él. El soldado jadeó, pero en cuanto se recuperó fijó su mirada en el príncipe que jugaba con el cuchillo que había usado para intentar apuñalarlo.
— ¿Qué tenemos aquí? ¡Un pequeño valiente! — El soldado le escupió y el príncipe le dio un puñetazo en la cara. — Apuesto a que ni siquiera es comerciante.
— Escoria. — El soldado habló y el príncipe volvió a golpearlo. — Mereces morir, no tienes nada que hacer aquí.
El príncipe solo se rió de las palabras del hombre arrodillado porque lo que salió de su boca le pareció ridículo. El hombre obviamente era leal a la Malthai, probablemente un soldado voluntario para esa misión que obviamente había fracasado.
Chika no necesitaba a gente así, que no podía seguir una orden, así que abrió uno de esos barriles de vino e hizo que sus hombres trajeran al soldado para que bebiera el líquido.
El soldado luchó contra aquellos hombres, tratando de liberarse, hasta que sintió el dulce sabor del vino en su boca. Cerró la boca con fuerza para no beber el vino que le caía en la cara, pero uno de los soldados lo golpeó en la espalda y otro aprovechó el grito que dio para obligarlo a mantener la boca abierta para que pudiera beber el vino.
— Ya no necesitamos detener los otros cargamentos de vino, encontramos el que estaba podrido.
Los hombres de Chika soltaron al mercader y lo vieron dar dos pasos mientras se sujetaba la garganta, tratando de disminuir la sensación de fuego que lo quemaba por el veneno, hasta que se desplomó en el suelo echando espuma ensangrentada por la boca.
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El Ruiseñor 2 || IchiRuki FF
FanfictionContinuación de El Ruiseñor. Ichigo y Rukia se casaron, sobrevivieron al intento de rebelión y al atentado en la luna de miel. Los culpables han sido castigados y todo parece de nuevo estar en orden. Parece... El viaje a la antigua Vayalat de la Som...