22 mayo - x494

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Desde el momento en que Karin decidió que mataría a la reina Ravna, supo que permanecer despierta sería difícil.

No importaba cuánto café consumiera, siempre tenía sueño y solía quedarse dormida cada vez que tenía la oportunidad porque todavía no tenía suficiente control del don como lo tendría alguien entrenado en Vayalat.

Eso era lo único por lo que Karin estaba resentida con su padre, no dejarlos ir a entrenar los dones en Vayalat como lo hizo con Ichigo.

Matar a la reina había requerido cada gota de su voluntad y poder, pero había funcionado y la reina estaba muerta. Se había librado de un peligro para su relación con Toshiro y posiblemente para el reino, aunque ese último no era tan importante para ella.

Cualquiera diría que debió ser una buena nuera y aguantar todo lo que la reina Ravna hizo contra ella, demostrando que era mejor persona y que era fuerte, pero Karin descendía de una deidad a la que todos le rezaban y todos estaban por debajo de ella.

Tener poder y no usarlo era un desperdicio.

Ravna eligió mal a su oponente y perdió. Su arrogancia la llevó a su propia destrucción y a una muerte dolorosa y llena de alucinaciones. Incluso su abuela, la Reina Madre Raiza, estuvo de acuerdo en que Ravna estaba mejor con las Deidades que con los mortales.

― Su alteza, ¿usará un velo?

La doncella que estaba ayudando a Karin a ponerse su vestido negro le mostró un par de velos de encaje negro, que la modista prudentemente incluyó con el vestido, y Karin eligió el más sencillo.

La modista había hecho un gran trabajo con el vestido que encargó, así que Karin decidió recompensarla con unas monedas extra y le encargó que le hiciera un par de vestidos más para usarlos en diferentes momentos futuros porque todavía tenía pendiente su segunda boda y su viaje a la ciudad donde Toshiro era regente.

Una vez que Karin estuvo lista, salió de su habitación y se dirigió hacia el templo de las Deidades donde sería el funeral.

El cuerpo de la reina, que los embalsamadores habían preparado y llevado por la mañana, pasaría todo el día en el templo y por la tarde, al ponerse el sol, sería enterrada en el cementerio familiar.

― ¿Todavía estás enojada? ― Preguntó Toshiro con cuidado mientras se unía a ella en la entrada del templo de las Deidades para entrar juntos.

― Ya no, solo necesitaba dormir un poco. ― Karin se agarró del brazo de Toshiro mientras caminaban. No mentía, sólo necesitaba dormir y hablar con su abuela para poner en orden sus propias ideas. —¿Aún te sientes culpable?

― Tuve toda la noche para pensarlo desde tu perspectiva y lo entiendo. Fue un poco sorprendente verlo por primera vez.

Karin ocultó una sonrisa porque no se vería bien que ella sonriera en un funeral y asintió. Toshiro era más maduro que ella, porque mientras ella necesitaba hablar con su abuela, él tenía que digerir toda la situación solo.

― Lo sé. Es sorprendente la primera vez. ― Karin se giró para mirar a Toshiro. ― Cuando estemos solos, te mostraré algo no tan agresivo.

Toshiro asintió y se dirigieron silenciosamente a sus asientos en los bancos del templo.

El Gran Sacerdote estaba esperando que todos entraran al templo para comenzar el culto final a la reina.

Desde su asiento, Karin podía ver a la princesa Hisana, que estaba desconsolada por la muerte de su madre, y al rey Aizen, que contemplaba en silencio el ataúd.

Karin no se sentía culpable por haber matado a la reina, simplemente sentía gratitud porque con su muerte la Sombra la había bendecido con más dones. Un tributo como ese era algo que la Sombra valoraba mucho.

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⏰ Última actualización: May 10, 2024 ⏰

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El Ruiseñor 2 || IchiRuki FFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora