9 mayo - x494 || Pt: 1

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Notita: chan chan chan...!!! ¡Actualización cuádruple! ¡Disfrútenlo!

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Ichigo miró las puertas que permitían la entrada a la habitación de su madre y apretó el puño por un segundo antes de permitir que la doncella de la entrada anunciara su presencia apropiadamente.

Era la primera vez que pisaba la zona de la reina desde que Rukia recibió el castigo de la reina por la muerte de Nelliel y las sensaciones eran abrumadoras. Había ira, resentimiento y decepción, sin mencionar tristeza por la traición de su madre.

Si ella quería castigar a alguien debería haber sido él y no Rukia, pero su madre prefirió tomar la decisión más dolorosa posible solo para recordarles que ella es la reina.

La reina. El rey.

Ichigo amaba a su madre y eso hacía que esa traición se sintiera más fuerte que cualquier otra que hubiera experimentado antes; incluso mayor que la decepción que sintió por su tía Kirio después de todos sus planes para lastimar a su esposa. Lo que hizo su madre fue algo que dejó una huella demasiado grande.

Su madre siempre sería su madre, pero en ese momento ella era la reina y, como con el rey, él prefería tomar con pinzas lo que viniera de ella. No confiaba en ella, no al nivel que tenía antes, y dudaba que volviera a hacerlo.

― Su majestad, su comandante la saluda. ― Ichigo se inclinó cortésmente ante la reina, colocando su mano derecha sobre su corazón para que ella pudiera ver nuevamente el anillo de comandante que se vio obligado a usar desde que regresó de Vayalat, y mantuvo el control de sus emociones. ― ¿Qué ordenes tiene para mí hoy?

La reina, que estaba sentada en un sofá de dos plazas y tenía una taza de café en una mano, lo miró fijamente durante un eterno segundo. Ichigo permaneció en silencio, como se suponía que debía hacer, y esperó a que ella hablara.

― ¿Volverás a decirme "mamá" algún día? ― Preguntó la reina mientras colocaba la taza en la mesa de café frente a ella. Su voz, que comenzó con un reclamo, se convirtió en algo parecido a una súplica. — ¿Hasta cuándo me vas a castigar así? Sabes que hice lo que hice para salvarles la vida a ustedes dos, porque no quería que los acusaran y persiguieran por traición. Tu fuga habría provocado un conflicto y no quería que se volviera a repetir la interminable historia de la chica Kuchiki y el Segundo Príncipe.

Ichigo sabía a qué historia se refería su madre y eso lo enojó.

Sin fin, dijo, pero sólo había sido en la generación anterior porque alguien abrió la boca en el momento equivocado. Las palabras de la reina hacían que la relación ancestral entre el Segundo Príncipe y la chica Kuchiki sonara como un hechizo o una maldición.

― Y, sin embargo, la historia se repitió. ― Ichigo miró a su madre, deshaciendo su reverencia y parándose frente a ella. ― Conozco los detalles y sé con certeza que lo único que difería entre entonces y ahora es el hecho de que mi esposa y yo todavía estamos vivos.

― Que estés vivo es lo único que me importa. ― La reina habló de una manera que borró el tono suplicante. ― Siempre ha sido así.

― Tenía la impresión de que castigarnos era lo único que le importaba, majestad. ― Ichigo sintió como se le tensaba la mandíbula y hablar se hacía difícil. ― Recuerdo perfectamente cómo Su Majestad pasó junto a mí y me recordó que todo lo que pasó fue nuestro castigo por matar a mi hermana. Entendí mal, mi error.

― ¡Ichigo!

― Madre.

El silencio en ese momento fue pesado. Esa situación era la razón por la que él había pospuesto esa conversación con la reina durante todo ese tiempo.

El Ruiseñor 2 || IchiRuki FFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora