22 febrero - x494

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Rukia estaba acostada en su propia cama, mirando al techo y pensando en cualquier cosa que pudiera distraer su atención mientras Isane revisaba cuidadosamente su vientre. Ese era el último chequeo que Isane tenía que realizar para darle el alta correctamente y Rukia solo esperaba que la doctora se diera prisa porque seguía sintiéndose como una bola de masa siendo amasada.

— Ya no hay rastros de inflamación y todo se siente bien. — explicó Isane mientras limpiaba el ungüento de hierbas de sus propias manos. — Tu sangre parece estar bien y coagula rápido, te ves bien y todo parece estar en orden. Ya puede volver a sus actividades diarias, Su Alteza.

— ¡Por fin! Estaba harta de tener que comer hígado y remolacha. — se quejó Rukia mientras se acomodaba la ropa con la ayuda de su doncella. — ¿Eso es todo o la reina tiene nuevos planes para mí?

— No, su alteza. La reina no pretende...

— ¿Qué? ¿Lastimarme?

La pregunta de Rukia salió demasiado hostil. No estaba de buen humor, no cuando Isane era la única autorizada para revisarla y era responsable de su salud. No cuando no podía confiar en la doctora.

— Su Alteza...

Rukia dejó escapar un suspiro de cansancio, se volvió a sentar en la cama y escuchó a la doctora darle instrucciones para su cuidado; desde la abstinencia obligatoria que debía seguir hasta los tés que debía beber puntualmente para asegurarse de que todo en ella funcionaba correctamente. Eran los mismos cuidados que siempre tenía cuando entraba en descanso, todo para que su fertilidad no se viera afectada por todo lo que le hacían beber.

Ese tema aún la ponía nerviosa porque lo que más deseaba Ichigo, después de ponerse la corona, era tener una familia con ella.

No importaba el discurso que Ichigo le había dado antes de irse de gira con el rey, porque con solo recordar su rostro el día que perdieron a su hijo, Rukia sabía que Ichigo estaba más dolido por la pérdida de lo que él había dicho.

Isane salió de la habitación después de despedirse y Tatsuki entró en ese momento con la agenda de Rukia de todas las actividades que tenía ese día. Rukia revisó cuidadosamente lo que tenía que hacer, dándose cuenta de que su carga de trabajo había disminuido y que por el resto del mes no tendría que salir del castillo.

Muchas de las actividades de las que era responsable estaban relacionadas con la reina, por lo que Rukia simplemente respiró y se dijo a sí misma que debía ser paciente. La reina era poderosa y Rukia sabía que tenía que tener cuidado con la pieza que movía.

Afortunadamente, la reina la había entrenado bien.

── ∗⋅✧⋅∗ ──

El campamento de Chika no se podía ver desde su balcón en el Palacio Blanco, pero Yoruichi no necesitaba verlo para saber que Chika y sus hombres habían tomado la Puerta Norte. Tampoco había que bajar a la ciudad y mezclarse con la gente común para saber que Chika había sido visto bebiendo en tabernas dentro del Mercado Negro.

Chika fue claro con su posición y prometió no armar alboroto porque su intención no era dañar a su gente ni sus propiedades, todo mientras la Malthai empacara sus cosas para salir del Palacio Blanco junto con la princesa y el niño que había sido coronado como rey.

Fue una oferta muy inteligente porque si él quería tener el apoyo de la gente, tenía que presentarse así, como alguien noble y bondadoso que presentaba un reclamo legítimo al trono.

Todo era un juego mental donde Chika y la Malthai eran los jugadores, y el resto de la gente eran los peones que tenían que mover con palabras que llegaban al corazón.

El Ruiseñor 2 || IchiRuki FFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora