27 marzo - x494

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Más IchiRuki bonito :3

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Lo primero que Ichigo le dijo cuando regresaron al castillo fue que no dejara al conejito solo en ninguno de los jardines, no solo porque hacían madrigueras y podían dejar los preciados jardines de la reina en un desastre, sino porque era una cría y podría perderse o ser capturado por un ave.

"Kholtan no es el único depredador aquí. Si quieres liberarla, déjala en la arboleda, pero es posible que nunca la vuelvas a ver". Ichigo había agregado antes de despedirse de ella en la entrada al área de la reina.

Rukia no quería perder a su nuevo conejito, era demasiado linda y pequeña para ser lanzada al mundo, pero la idea de dejarla salir y correr por los jardines de la reina era una idea demasiado tentadora.

Con la ayuda de Maru consiguió una caja de madera, de las que se usan para llevar frutas frescas a la cocina, y pusieron un vestido viejo con un poco de heno para hacerle al conejito una camita en un rincón de su cuarto, además de conseguir un recipiente para ponerle agua y comida.

Como el conejito aún era una cría, Rukia era quien lo sacaba del nido que había creado para él y lo dejaba explorar la habitación. Ella estaba encantada de ver como el conejito iba y venía por toda la habitación, hasta que lo tomaba y lo cargaba en brazos, lo acariciaba y lo volvía a poner en el nido para que no saliera de la habitación por error.

Rukia estaba jugando con el conejito, que resultó ser una hembra, cuando alguien llamó a su puerta varias veces, lo que hizo que tomara al conejito en sus manos y lo devolviera a su pequeño nido antes de que Maru abriera la puerta.

Al otro lado de esta estaba uno de los guardias de la entrada.

— Mi princesa, el Príncipe Ichigo le pide que baje a la entrada. — Dijo el guardia con actitud solemne. — Está esperándola.

— ¿Su alteza dijo si tenía que vestirme de una manera especial? — preguntó Rukia mientras Maru se dirigía al guardarropa en busca de un posible vestido nuevo.

— Su Alteza solo dijo que será un paseo por los jardines, mi princesa.

Rukia permitió que el soldado regresara a su puesto y se cambió a unos zapatos más cómodos, revisó su vestido y la doncella le peinó un poco el cabello.

No esperaba ver a su esposo hasta la noche porque cenarían juntos, por eso estaba emocionada de que él la buscaba para dar un paseo en medio de todo el trabajo que tenía por la ausencia del rey.

Bajó las escaleras lo más rápido que pudo y sonrió al ver a su esposo apoyado contra la pared frente a la entrada, esperándola. De alguna manera, esa posición relajada hizo que Rukia encontrara a su esposo aún más atractivo.

— ¿Te hice esperar mucho, mi príncipe? — preguntó Rukia cuando estuvo unos pasos más cerca de él.

El cabello de Ichigo estaba un poco largo, lo que hizo que Rukia recordara la vez que lo encontró en el burdel y al mismo tiempo maldijera la abstinencia obligatoria en la que estaban. Su esposo era demasiado guapo y parecía que ni siquiera lo intentaba. Eso debía ser un pecado.

— El tiempo suficiente, mi princesa.

Ichigo le dio un pequeño beso en los labios, haciendo que se sonrojara de nuevo y deseara otro, y luego le ofreció su brazo para que pudieran caminar juntos.

— ¿A dónde vamos? — Preguntó Rukia mientras caminaba del brazo de su esposo y salían de esa zona para dirigirse a la salida principal del castillo.

El Ruiseñor 2 || IchiRuki FFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora