Su jefe era un tirano por el día y un playboy por la noche; y él solo era su asistente hasta que le propone un nuevo contrato.
-¿Cómo su asistente personal?
-No. Como mi prometido.
¿Qué puede suceder cuando ambos se detestan y tienen que actuar ena...
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Jimin tragó seco al ver a Jungkook tomar del cuello de la camisa a MinJae encarándolo. Era como si lo estuviera defendiendo de lo que acababa de decir MinJae. Como si no le hubiera gustado como había llamado a su prometido.
—Escúchame bien, MinJae. No vuelvas hablar así de él en tu vida. No vuelvas hablar de mi prometido como te venga en gana. Me harté de tu puta empresa de mierda y de ti, así que no me vengas con tus estúpidos palabreos de quién me debo enamorar o no —dijo enojado. Porque sí, Jungkook de verdad se había molestado. MinJae no tenía ningún derecho para referirse así de Jimin.
Lo soltó bruscamente. Ambos echando chispas por los ojos.
—Te vas a arrepentir, Jeon.
—De lo único que me arrepeinto es perder tiempo es haber hecho ganar millones a esta empresa. Que te quede claro que todo eso es gracias a mí. Buena sierte con tu porcentaje de éxitos. Me largo. —dicho esto voleto hacia Jimin, tomando la caja en manos—. Recoge tus cosas, nos vamos ahora mismo de aquí.
Jimin asintió, corriendo hacia su escritorio para tomar la pequeña caja con sus pertenencias. Ambos salieron de la oficina. Jungkook gustoso de haber formateado el disco duro de la computadora horas atrás, sin dejar nada en MJ Business. No le hizo caso a los gritos de MinJae, amenzando con demandarlo y que estaba arruinado.
Jimin iba delante de Jungkook. Tenían la atención de todos los trabajadores y directivos. Miró de reojo a su jefe, él estaba con los hombros erguidos, sin sentir la menor vergüenza del espectáculo que estaba dando.
Estaba satisfecho.
Los dos se detuvieron delante del ascensor.
—Buena suerte a todos los que sigan trabajando con el perro de MinJae, me largo—habló Jungkook ganando más las miradas sobre ellos. Las puertas se abrieron y soltó las cajas en el interior antes de mirar a Jimin y poner su mano en su cintura—. Después de usted, príncipe.
Jimin con la cara roja y completamente avergonzado, ingresó al ascensor.
—Para que todos sepan —Jungkook seguía fuera elevandor—. Jimin y yo estamos juntos. Es lo mejor que esta jodida empresa me ha podido dar.
《Ya por favor, qué vergüenza》
Tras decir esas palabras, Jungkook entró al ascensor y tomó a Jimin de la cadera y lo pegó a su cuerpo para besarlo mientras las puertas se cerraban.
Al instante, Jeon se separó de él. Jimin trastabilló hasta chocar contra la pared, jadeando. Lo había besado con brusquedad, con deliberación, con un punto furioso.
—¿Por... porqué lo hiciste...?
Las mejillas de Jimin estaban rojas al igual que sus orejas. Fue una acción tan repentina, que le costó asimilarlo.
—Teníamos que irnos con un gran final y conociendo este mundo, mañana estará en boca de todos. MinJae me ha hecho un favor enorme y ni siquiera lo sabe.
