Su jefe era un tirano por el día y un playboy por la noche; y él solo era su asistente hasta que le propone un nuevo contrato.
-¿Cómo su asistente personal?
-No. Como mi prometido.
¿Qué puede suceder cuando ambos se detestan y tienen que actuar ena...
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¿Tenía unas cuantas copas demás? Tal vez. Jungkook sabía que Jimin le aportaba calidez y desenvoltura a sus conversaciones. De alguna manera, su delicadeza y buen porte tenía el efecto que él quería que tuviera.
Si. Era lo que necesitaba, pero había algo que le molestaba. Despertaba en él una sensación de que lo necesitaba.
Y su actitud arrogante le decía que no necesitaba a alguien.
Choi rió entre dientes.
—Jungkook, deja de mirar con esa cara a los de administración —dijo riendo—. Solo están siendo amables con tu Jimin.
En realidad, no estaba mirando a los dichosos administradores. Jungkook había descubierto que le molestaba que Jimin se convirtiera en el centro de atención sin hacer nada, solo con su simple amabilidad. Sin aparentar, solo era él.
Y a su ego no le hizo una pizca de gracia.
Jungkook rió, disimulando.
—Jimin los atrae como un diamante.
—Es encantador, tienes suerte de tenerlo a tu lado. Ve con tu prometido y sigan disfrutando de la noche.
Jungkook asintió.
Se puso de pie acomodando un poco su corbata. Se acercó a Jimin con una sonrisa que esperaba se viera lo bastante real y no reflejara su molestia.
Jimin lo vio acercarse y se alegró cuando lo vio cerca. Jeon le extendió la mano a su prometido, quien aceptó gustoso acercándose a él.
Jungkook se inclinó hacia él rogándole los labios.
—Cariño, llevas bastante tiempo lejos de mí.
Jimin rió entre dientes y le acarició el rostro con soltura. Se notaba que llevaba una cuantas copas de vino y que se sentía relajado y a gusto entre sus brazos.
—Me preguntaba cuándo vendrías a por mí.
—Te estaba viendo desde allá —susurró y enterró su nariz en su cuello. Debía admitir que la fragancia de Jimin era exquisita.
No podía engañarse, por algún motivo, Jungkook siempre tenía la mirada en Jimin, en su prometido. A veces, ni siquiera se daba cuenta de aquello.
Suni se echó a reír.
—Es que ustedes no pueden estar sin el otro.
Jungkook levantó la cabeza y apoyó su mentón en el hombro de Jimin.
—Después de tener nuestra relación en secreto, es grandioso mostrar mi afecto hacia la persona que amo.
—Ha debido de ser difícil.
Jungkook solo asintió con la cabeza y soltó un suspiro.
—No sabes cuánto.
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