Su jefe era un tirano por el día y un playboy por la noche; y él solo era su asistente hasta que le propone un nuevo contrato.
-¿Cómo su asistente personal?
-No. Como mi prometido.
¿Qué puede suceder cuando ambos se detestan y tienen que actuar ena...
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Jimin se sentó nervioso sobre la especie de cama que habían armado con los cojines y mantas. No solo por la cercanía y palabras de Jungkook, sino también, que por primera vez iban a dormir juntos.
Tal vez para Jungkook no es nada nuevo compartir una cama, pero para Jimin si que lo era. A sus veinticuatro años, jamás había compartido cama con alguien más. Ni siquiera con sus amigos.
Miró a su alrededor una vez más y mordió su labio nervioso. Cogió las algunas almohadas y y lo puso en el medio de las mantas, creando una separación entre su lado y el lado de Jungkook.
Jungkook.
Él entró justo en ese momento y observó lo que hacía con la ceja enarcada. Le resultó gracioso, pero se abstuvo a reírse. Esta vez decidió acercarse a su esposo y molestarlo un poco.
—Cariño, ¿qué crees que haces? —preguntó ignorando la división y sentándose en el lado de Jimin, quién se levantó para irse a la otra mitad.
No pudo hacerlo.
Jungkook lo tomó de la cadera con firmeza e hizo que se siente entre sus piernas, chocando su pecho con la espalda de Jimin. El menor cerró los ojos al sentir la respiración sobre su cuello y sentir un pequeño beso en su hombro.
—¿Te estás alejando de mí, Jimin?
Jungkook no tuvo respuesta. Su esposo logró quitar sus manos de sus caderas y volteó sobre sus rodillas para míralo. Jimin achicó los ojos, como si lo estuviera analizando y luego asintió.
—Tonto —dijo y Jungkook lo miró confundido—. ¿Cómo me voy a alejar de ti? He estado todo el día contigo, no podría hacerlo ahora.
—¿Y esos cojines? ¿No quieres dormir conmigo?
Jimin se calló unos segundos y luego negó.
—No es eso.
—¿Entonces?
—Jungkook, esto… ¿te das cuenta de cómo se está llevando todo esto?... me refiero a… —hizo una pausa. Pensando en decirlo o no. Tenía miedo escuchar algo que no quería—. A nosotros —finalizó en un susurró.
Jungkook vio cómo Jimin baja la mirada y se concentraba en sus dedos. Sabía perfectamente lo que trataba de decir, no era tonto. Las acciones de ambos ya no era actuación, ya no fingían. Era real.
—Jimin —dijo por fin. El mencionado levantó el rostro para mirarlo, luego sintió las manos de Jungkook subir hacia su cintura. Acariciando—. No sé hasta dónde vayamos con lo nuestro, quiero disfrutar ahora. Contigo, a tu lado. Ahora mismo, lo único que tengo en la cabeza eres tú y…
Jimin lo besó.
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