Luv Deal | Kookmin au ✔

147

El funeral había sido íntimo y especial. Los Choi se habían encargado de organizarlo, no era de extrañar. La mujer de Dong Wook se sentó con Jimin y le ayudó a elegir algunas fotos, que una de ellas fue puesta al lado de la urna que estaba decorada con flores blancas y pequeñas alrededor.

Casi todos el personal de Choi 's Company había asistido para dar el pésame. En todo momento, Jungkook estuvo al lado de Jimin, abrazándolo de la cintura y manteniendo su cuerpo al lado de él, cómo muestra de apoyo silencioso.

También asistieron las otras tres personas importantes en su vida: Taehyung, SeokJin y Hoseok; quienes lo abrazaron con fuerza. Diciéndole lo mucho que lo querían. Aunque después siempre regresaba al lado de Jungkook, como si buscara refugio en su abrazo.

Jungkook no dejaba de mirarlo en cualquier momento, le preocupaba la ausencia de lágrimas y el constante temblor de sus manos. Nunca había experimentado dolor hasta ese día. Cuando sus padres murieron, sintió alivio por todo lo que le habían hecho sufrir. Sin embargo, el dolor que experimentaba por Song-I era una sensación abrasadora en el pecho. Algo que crecía y se extendía de una forma muy extraña.

Cuando llegaron las cajas con las pertenencias de Song-I, se tuvo que quedar un rato en el almacén. Abrumado por una emoción difícil de explicar, no sé había dado cuenta cuando empezó a llorar.

Extrañaría las anécdotas graciosas y los martes musicales. Su risa, sus consejos y sobre todo el calor de madre que nunca tuvo. Creía que lo estaba manejando bien, pero no. Él también estaba sufriendo su pérdida.

Hace horas que habían llegado a casa. Jungkook no dejaba de dar vueltas por todo el salón y la cocina, moviéndose inquieto mientras bebía vino. Podía desahogarse de otra manera, salir quizá, pero no quería. Quería estar cerca de Jimin, por si lo necesitaba.

Se sentó en el sofá y miró a su alrededor. Los cambios que había hecho su esposo. Realmente se sentía como un hogar.  Jimin era su hogar, ya no era el mismo de antes. Su trato había mejorado, se sentía enamorado. Quería consolarlo, pero ¿Jimin confiaría lo suficiente en él para que se lo permitiera?

Se sorprendió cuando se dió cuenta que quería que eso sucediera, que pieda confiar en él. Quería ser su ancla, su soporte.

se dió por vencido, apagó las luces y subió a su dormitorio. Se cambió por algo más cómodo  y caminó hacia su cama; sin embargo, no se dió cuenta cuando terminó en el pasillo. En busca de Jimin.

Caminó hacia la habitación ajena, se sorprendió al ver la puerta entreabierta. Por un instante, se sintió raro estar allí parado, sin saber qué hacer hasta que lo oyó.

Sollozos entrecortados.

Sin pensarlo dos veces, entró al dormitorio. Las cortinas estaban corridas, dejando que la luz de la luna entrara a la habitación. Jimin estaba hecho bolita, llorando. Su cuerpo se estremecía con tanta fuerza que dolía.

Jungkook apartó la sábana y lo rodeó con sus brazos, los estrechó contra su cuerpo y lo llevó a su habitación.

Sin soltarlo, se metió a la cama con él y se aseguró de que ambos se cubrieran con las mantas.  El cuerpo de Jimin se tensó por un instante, pero Jungkook lo abrazó con más fuerza.

—Desahógate, Jimin. Te sentirás mejor, cariño.

Y él ya no pudo contenerse más. Se aferró a los hombros de su esposo y lloró contra su pecho de forma incontrolable. Su corazón le dolía, la persona que tanto lo cuidó ya no estaba a su lado. Su pecho subía y bajaba con rapidéz, no podía parar.

Sus lágrimas salían una tras otra, empapando su rostro y abrazando más a Jungkook. Buscando sentirse a salvo, sentirse protegido. No quería sentirse solo, no otra vez.

Sus manos se aferraban con fuerza, como si dependiera de él. Como si evitara que Jungkook se fuera de su lado. De su vida. Sus sentimientos estaban a flote y la angustia, el vacío, la desesperación y el dolor, lo estaban invadiendo.