Su jefe era un tirano por el día y un playboy por la noche; y él solo era su asistente hasta que le propone un nuevo contrato.
-¿Cómo su asistente personal?
-No. Como mi prometido.
¿Qué puede suceder cuando ambos se detestan y tienen que actuar ena...
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Jungkook estacionó su auto y bajó de este caminando hacia la entrada de su casa. Al abrir la puerta, frunció el ceño al escuchar unas risas.
Reconoció esa voz al instante. La hija de Dong Wook, Choi Suni.
Volvió a fingir que estaba abriendo la puerta y la cerró con un poco de fuerza para que se escuchara.
—¡Amor! ¡Ven a felicitar a tu prometido con un beso! —grité con claras intenciones. Sonrió gustoso.
Jimin apareció por el pasillo, sorprendido
—¿Jungkook?
El mayor caminó hacia él con los brazos extendidos.
—Ven aquí.
Jimin corrió hacia él, siendo recibido por unos fuertes brazos que lo alzaron a volandas y dándole vueltas. El chico no pudo contener la risa ante tal acción.
Jungkook se detuvo y lo bajó sin separarse de él completamente. Lo tomó del rostro con delicadeza y lo besó.
Una extraña calidez inundó su pecho. Jimin soltó un pequeño gemido al sentir la lengua del contrario rozar con la suya, Jungkook tampoco pudo contenerse. Al parecer, besarlo no era un mal añadido.
Alguien carraspeó detrás de ellos sonriendo. Jungkook fingió estar sorprendido mientras se alejaba de Jimin.
—¿Tenemos visita? —pregunté, aunque ya sabía quién era.
—Mmju —asintió Jimin.
—Pediría disculpas, pero no me arrepiento. Estaba demasiado emocionado, cariño. Estaba deseando llegar a casa para contártelo.
Jimin sonrió, haciendo que sus ojos se transformaran en media lunas. Era tierno sin necesidad de esforzarse.
—Suni está aquí —susurró.
—Hola, Suni —saludó gustoso.
Ella lo miró con una sonrisa burlona.
—Siento interrumpir su momento —soltó una risita—. Si quieren puedo marcharme.
—No, no pasa nada. Solo estaba…
—Emocionado —concluyó ella—. ¿La emoción tiene algo que ver con la reunión que has tenido con mi padre?
Jungkook sonrió y asintió.
—Necesito repasar los documentos y hablar con mi prometido. Si todo va bien, creo que trabajaremos juntos.
—Me alegro muchísimo —dijo muy alegre. Tenía una linda sonrisa.
—Estoy tan orgulloso de ti —Jimin se puso de puntitas y se acercó a su mejilla, dándole un pequeño beso.
Suni soltó una risa.
—Muy bien, es hora de irme. Necesitan tiempo a solas.
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