Su jefe era un tirano por el día y un playboy por la noche; y él solo era su asistente hasta que le propone un nuevo contrato.
-¿Cómo su asistente personal?
-No. Como mi prometido.
¿Qué puede suceder cuando ambos se detestan y tienen que actuar ena...
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Jimin besó el cuello de su esposo, gimiendo en el proceso, sintiendo el segundo dígito que este introducía. Entraba y salía lentamente, luego aumentando más su movimientos dándole en su punto dulce.
Jungkook estaba encantado con Jimin, su cuerpo, su piel, su rostro y sus labios. Mierda, sus labios eran su perdición, sentirlo en su cuello mordiéndole hacía sentirlo más duro.
Paró el movimiento de sus dedos, escuchando un gemido de Jimin cerca de su oído, quien no se sintió a gusto al sentirse vacío se nuevo.
Jungkook lo tomó del rostro y juntó sus labios para besarlo. Jimin pasó sus manos por la espalda ancha de su esposo y bajó hasta el borde sus pantalones.
—Tienes mucha ropa, no es justo.
Jungkook soltó una risa ante el comentario. Le dió otro beso en los labios para luego alejarse y sacarse los pantalones junto a su ropa a interior.
Jimin quedó encantado con la vista.
—¿Ahora estoy mucho mejor? —susurró cerca de sus labios.
—Perfecto —respondió Jimin besando su pecho y luego sus labios.
Jungkook dejó el rostro de su esposo para ir a su cuello y pasar a sus pezones. Duros y sensibles.Jimin gimió al sentir sus labios ahí y como este succionaba, lamía y mordía.
El mayor dejó marcas en su pecho y besó cada una de ellas. Fue descendiendo hasta llegar a la entrepierna de Jimin. Vio la erección que este tenía.
Mordió sus labios, pensando en lo que haría. La noche sería larga y esto recién comenzaba.
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