Luv Deal | Kookmin au ✔

03

Jungkook llegó al trabajo malhumorado, no le parecía justo que no le hayan dado el ascenso como socio. Se lo merecía, había trabajado mucho para obtenerlo.

Dio un portazo al ingresar. Quiso seguir su rumbo, pero se detuvo al ver a su asistente. Jimin tenía una tostada a medio comer.

—¿Qué le he dicho sobre comer aquí?

Jimin se puso de pie con torpeza. No era la primera vez que lo pescaba con su tostada con mermelada, pero era tan deliciosa que no podía evitarlo.

—Bu… bueno, usted no estaba así que… —tartamudeó—. Estaba trabajando en sus gastos y he pensado que quizá…

—Usted ha pensado mal. —interrumpió. Se inclinó sobre la mesa y cogió la tostada haciendo una mueca—. ¿Tostada y mermelada? Tiene un buen sueldo para más.

《Y a usted que le importa》

—Es deli… Oh.

《JA.》

Si antes ya estaba malhumorado, ahora estaba el doble, pero esta vez por su culpa. Su impecable saco se había manchado con la mermelada.

—Señor Jeon. No se preocupe, lo llevaré  a la tintorería.

—Oh, si, claro que lo va a llevar. Aprovechando, quiero un sándwich.

—Mmm… ¿No ha almorzado?

—Su pregunta está siendo errónea. Tráigame un sándwich y leche de plátano. ¡Ah! Y quiero a Min Yoongi al teléfono ahora mismo. —dijo para luego quitarse la chaqueta y entregársela a Jimin—. La quiero para esta misma tarde.

—Bueno, si es así… ¿Qué prefiere que haga primero?

《¡Qué hice para merecer a este asistente!》

—Ese es su trabajo. ¡Averígüelo y hágalo!

𖧷

𖧷

Unos minutos después, Jungkook ya tenía su sándwich y leche de plátano sobre su escritorio. Satisfecho.

El interfono sonó.

—Señor Jeon, tengo al señor Min Yoongi en la línea.

—Perfecto. —respondió y cogió el teléfono—. Yoongi, quiero verte hoy.

—Oh, amigo, estoy muy bien. Gracias por preguntar. ¿Y tú cómo estás, Jungkook?

—No tengo humor para jugar. ¿Cuándo estás libre?

—Lo lamento, tengo toda la tarde ocupada.

—Puedes cancelar algo.

—El trabajo me llama, Jeon. Además no estoy en Seúl, llegaré hasta la noche. A las ocho para ser exacto.

—Bien. Nos vemos en Flavors, reservaré la mesa de siempre —finalizó la llamada y presionó el botón de interfono para comunicarse con su asistente—. Venga a mi oficina.

Jimin siempre buscaba ser impecable en su trabajo. Nunca había tenido faltas y desobedecido órdenes, pero si había algo que le jugaba en contra: Su torpeza.

Al abrir la puerta de la oficina de su jefe, dio un paso falso y cayó de rodillas. Claro, no era la primera vez que sucedía. Era como si el suelo lo atrajera en el momento menos indicado. Con las mejillas sonrojadas y con ganas de que la tierra se lo trague, recogió su portafolio y su bolígrafo antes de ponerse de pie.

—¿En qué puedo ayudarlo, señor Jeon?

—Necesito una reserva en Flavors para las ocho. Mi saco tiene que estar listo antes.

—De acuerdo.

—Bien, eso es todo. Puede retirarse.

Jungkook hizo una seña para que salga de la oficina, pero Jimin seguía en el mismo lugar. Mordió ligeramente su labio antes de hablar.

—¿Señor Jeon?

—¿Si?

—Tengo irme más temprano hoy. Le envié un correo hace unos días.

Jungkook lo miró. Y es que no podía creerlo, ¿Cómo es que su asistente aún no ha renunciado? Aunque debía admitirlo, Jimin era la cruz de su existencia. Daba igual lo que le ordene, él siempre cumplía. Recogía su ropa de la tintorería, ordenar su colección de vinilos en orden alfabético, incluso mandar flores a cualquiera de sus conquistas o hacer que envíe mensajes haciéndose pasar por él con el típico: "La pasé bien anoche, que se vuelva a repetir"

Mentira. Nunca repetía el mismo plato.

Por muy vergonzosa o incómoda que sea la orden. Su asistente estaba ahí para acatarlas. Él era la perfección. De baja estatura, delicado y firme, cabello peinado y con un traje super planchado y limpio.

—Espero que no se vuelva una costumbre señor Park. Puede retirarse.

—Gracias —hizo una pequeña reverencia y caminó hacia la entrada de la oficina—. Que tenga una buena noche, señor Jeon.